MADRID, 31 de octubre. Las últimas informaciones sobre la situación en Sudán están causando una profunda preocupación a nivel mundial. Este viernes, Naciones Unidas ha hecho un llamado urgente tras exponer las "atrocidades" perpetradas por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar que ha consolidado su control en la ciudad de El Fasher, en el estado noroccidental de Darfur.
Desde la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU se han difundido graves denuncias que incluyen ejecuciones sumarias, masacres, violaciones y ataques a trabajadores humanitarios, así como secuestros y desplazamientos forzosos. Testigos que lograron escapar de la región han compartido información alarmante acerca de las violaciones del Derecho Internacional Humanitario que están ocurriendo en el área.
Seif Magango, portavoz del organismo, indicó que el número de víctimas entre los civiles podría alcanzar cifras impactantes, con cientos de muertos ya contabilizados desde los incidentes iniciales. Además, se ha denunciado que hospitales, que deberían ser refugios seguros, han sido escenario de asesinatos de pacientes y heridos.
Los informes son desgarradores. En un video, se documentan testimonios que relataban cómo los miembros de las RSF eligieron a mujeres y niñas para ser víctimas de violación a punta de pistola. Se menciona que, luego de estos actos, unas 100 familias se vieron obligadas a huir del lugar, en medio de un clima de terror y disparos.
El portavoz también informó sobre situaciones igualmente graves en otras áreas, como la ciudad de Bara en Kordofán Norte, donde cinco voluntarios de la Media Luna Roja fueron ejecutados. La violencia ha resultado en un alto número de víctimas y el número puede ser aún mayor de lo que se ha documentado hasta ahora.
Magango subrayó que estos crímenes podrían ser considerados violaciones graves bajo el Derecho Internacional, y exigió investigaciones imparciales y transparentes para que los responsables enfrenten las consecuencias de sus acciones. Destacó la importancia de garantizar a las víctimas y sus familiares su derecho a la justicia y la verdad.
La situación humanitaria en Darfur es desoladora, y desde la ONG Acción contra el Hambre han alertado sobre la creciente violencia que afecta a cientos de miles de civiles atrapados en El Fasher. La magnitud del desplazamiento y la urgencia de asistencia humanitaria son inmediatas, según el director de la ONG en Sudán, Samy Guessabi.
Es imperativo que todas las partes en conflicto respeten sus obligaciones y se tomen medidas para garantizar la seguridad de los civiles y facilitar su acceso a la ayuda. Acción contra el Hambre está preparando la llegada de clínicas móviles para atender las necesidades de salud y nutrición de los desplazados.
Mirjana Spoljaric, presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja, ha expresado su horror ante lo que está ocurriendo, enfatizando que ningún paciente debería ser atacado en un hospital y que los civiles no deberían ser blanco de la violencia al intentar escapar de sus hogares. La comunidad internacional tiene una responsabilidad moral de actuar con valentía para detener esta crisis humanitaria.
Las RSF, un grupo con un historial de abusos, han afirmado recientemente la arrestación de algunos de sus miembros, aunque la confianza en que esto traerá un cambio es escasa. Mientras tanto, líderes de organismos de salud como la OMS han denunciado el alarmante número de muertos en hospitales, colocando aún más presión sobre un grupo que busca justificarse.
Los orígenes del conflicto en Sudán se remontan a profundas divisiones sobre la integración del grupo paramilitar en las Fuerzas Armadas, una tensión que ha desatado una crisis humanitaria sin precedentes, dejando millones de personas desplazadas y aumentando la preocupación internacional por el deterioro de las condiciones y servicios esenciales.
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