Crónica España.

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Un estudio revela que el 25% de los adolescentes hasta 17 años ha experimentado violencia familiar en el último año.

Un estudio revela que el 25% de los adolescentes hasta 17 años ha experimentado violencia familiar en el último año.

Recientes datos ponen de manifiesto una preocupante tendencia en la violencia familiar, siendo la violencia psicológica el tipo más común. Esta modalidad de abuso se manifiesta a través de gritos, humillaciones y amenazas, generando un grave estado de malestar y miedo en los jóvenes.

El 23 de enero, se dio a conocer un estudio de la Universidad de Barcelona que revela que uno de cada cuatro adolescentes, con edades comprendidas entre los 14 y 17 años, ha experimentado algún tipo de violencia en el último año. Esto abarca desde la violencia física y psicológica hasta ser testigos de violencia verbal entre sus padres, marcando un alarmante patrón en los hogares españoles.

El informe, titulado 'El maltrato y la exposición a violencia familiar', se basa en una encuesta aplicada a más de 4,000 jóvenes a lo largo de diversas comunidades autónomas. Este estudio ha sido presentado en colaboración con UNICEF España, que ha expuesto una serie de recomendaciones cruciales para prevenir este fenómeno social.

Noemí Pereda, investigadora de la Universidad de Barcelona y autora del estudio, subraya que este es el primer análisis en España que utiliza una metodología que considera la percepción directa de los niños y adolescentes, ofreciendo así una visión más realista de la situación actual en comparación con los estudios retrospectivos que han dominado hasta ahora.

Los resultados del estudio indican que cerca del 16,9% de los encuestados han sufrido violencia psicológica, mientras que el 7% reportó haber sido objeto de violencia física. Este último dato incluye agresiones físicas como golpes y patadas, reflejando la gravedad de la violencia que muitos jóvenes enfrentan en su entorno más cercano.

Es notable que las chicas se encuentran en mayor riesgo, con el doble de posibilidades de sufrir violencia directamente por parte de sus cuidadores. El informe revela que las adolescentes también tienen más del doble de probabilidad de estar expuestas a la violencia dentro del hogar, y casi tres veces más de riesgo de lidiar con la violencia física en comparación con sus contrapartes masculinos.

Pereda sostiene que esta diferencia podría deberse a la percepción de gravedad que tienen las chicas sobre estas conductas abusivas. Además, el estudio indica que factores como la orientación sexual y el grupo étnico pueden incrementar significativamente las probabilidades de maltrato en el ámbito familiar.

Aunque el estudio no aborda directamente el nivel socioeconómico de las familias, tanto Pereda como los representantes de UNICEF advierten que, si bien la violencia es más prevalente en familias vulnerables desde un punto de vista socioeconómico, no es exclusiva de este tipo de hogares, haciendo un llamado a que se tome en cuenta la violencia en todos los estratos sociales.

Almudena Olaguibel, especialista en Protección de la Infancia de UNICEF, menciona que los padres y madres poseen cuatro tipos de poder que pueden poner en riesgo la integridad de sus hijos: el poder afectivo, la autoridad, el poder de la fuerza y la asimetría en capacidades de madurez y económica, entre otros.

No todas las acciones violentas, según Olaguibel, se consideran maltrato; es necesario que haya una intensidad o frecuencia en los abusos, como la prolongación en el tiempo de insultos o humillaciones para que se califiquen como tales.

Lara Contreras, directora de Influencia, Programas y Alianzas de UNICEF España, destaca que la violencia contra la infancia es una problemática que nos concierne a todos, reclamando soluciones que van desde la formación profesional hasta el apoyo a madres solas, que se encuentran bajo mayores niveles de estrés y presión.

Contreras enfatiza que la mayoría de las situaciones de violencia hacia menores ocurren en su entorno cotidiano, a menudo a manos de quienes deberían ofrecerles protección. En este sentido, ninguna forma de abuso hacia niños y adolescentes debe ser tolerada.

En respuesta a estos hallazgos, el estudio plantea varias recomendaciones que buscan no solo la prevención de la violencia, sino también su detección y una intervención efectiva. Estas incluyen campañas de sensibilización, formación para profesionales que trabajan con menores y la creación de entornos familiares y escolares seguros.

Asimismo, se solicita un compromiso institucional firme para implementar las medidas establecidas en la Ley Orgánica de Protección de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI), así como el impulso de figuras específicas en entidades educativas y deportivas que protejan a los niños.

Desde UNICEF, se hace hincapié en la importancia de especializar a los juzgados en cuestiones de violencia infantil, advirtiendo que la nueva ley de eficiencia del poder judicial, aprobada recientemente, sí menciona esta especialización, pero no garantiza exclusividad, lo que podría poner en riesgo el tratamiento de estos casos delicados.

Finalmente, cabe destacar que el 27 de enero, UNICEF España celebrará la jornada 'La infancia en entornos de cuidado: familia y sistema de protección', donde se abordarán temas críticos como la separación familiar y la situación de los menores en centros de acogida mediante mesas redondas con expertos en la materia.

Para cerrar, el Registro Unificado de Sospechas de Maltrato Infantil (RUMI) informa que en 2022 se registraron 29,770 notificaciones de sospechas de maltrato hacia menores, un aumento significativo con respecto a los 21,521 del año anterior. Según el Ministerio del Interior, las cifras de 2023 evidencian 8,248 casos de malos tratos en el ámbito familiar dirigidos a menores de 18 años.