
En una reciente entrevista en RNE, la eurodiputada y exministra de Igualdad, Irene Montero, intensificó sus críticas hacia aquellos que califica de "jueces reaccionarios, clasistas y profundamente ignorantes". Montero defendió la idea de que la verdadera democracia permite que una mujer, independientemente de su origen, como una cajera o la hija de un mozo de almacén y una profesora, pueda alcanzar cargos de poder y crear leyes que deben ser respetadas y aplicadas por todos.
Su declaración surgió en respuesta a las afirmaciones del magistrado de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, quien la cuestionó por ofrecer lecciones sobre consentimiento desde su rol como cajera en Mercadona. Para Montero, este tipo de comentarios evidencian una falta de conocimiento sobre las propias leyes que deberían defender y respetar los jueces. Además, sugirió que Velasco debería someterse a una formación continua para poder entender mejor su función en el sistema judicial.
Montero sostiene que los jueces que hacen comentarios como los de Velasco demuestran actitudes clasistas y reaccionarias en un contexto donde se deberían garantizar los derechos de las mujeres. Critica la falta de comprensión de lo que significa el consentimiento y sostiene que el discurso del magistrado es un ejemplo claro de "feminismo reaccionario, misoginia y puro machismo". Según la exministra, si no fuera por la desprotección que sienten las mujeres dentro del sistema judicial, no sería necesario que el feminismo defendiera tales derechos.
Además, Montero hizo notar que las declaraciones de Velasco coincidieron con el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, lo que a su juicio representa un retroceso en los discursos sobre la violación, incluso desde sectores que se consideran progresistas. Criticó también a la actual ministra de Igualdad, Ana Redondo, por sugerir que la única manera legítima de que una víctima de violencia de género rompa el silencio es mediante una denuncia, argumentando que tal insistencia es desalentadora y puede desviar la atención de las deficiencias en la justicia.
Por otro lado, al ser cuestionada acerca de la división en el movimiento feminista tras las manifestaciones recientes en Madrid, Montero minimizó la relevancia de esta fragmentación. Recordó que este tipo de situaciones han existido históricamente dentro del feminismo, señalando que la única diferencia en la actualidad es que nadie se pregunta si la ministra socialista de Igualdad tiene algún tipo de responsabilidad en la división del movimiento. Afirmó que el feminismo siempre ha tenido sus debates y que estos no impiden el progreso en la lucha por la igualdad.
Finalmente, concluyó que no ve un problema en la existencia de dos manifestaciones diferentes, sugiriendo que, en ocasiones, se pueden alcanzar objetivos más ambiciosos a través de estrategias diversificadas en lugar de depender de un único evento.
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