Informe alerta sobre la falta de protección a la privacidad de los ancianos y demanda un marco legal adecuado.
 
                                        MADRID, 19 de enero.
Un reciente informe elaborado por la Fundación HelpAge International España ha puesto de manifiesto una preocupante situación: la privacidad de las personas mayores está siendo vulnerada en diversos contextos, incluyendo los cuidados sociosanitarios, residencias, el uso de tecnologías y el entorno familiar. Este estudio propone medidas concretas para salvaguardar los derechos de los ancianos frente a un panorama de desprotección.
Los autores del informe, titulado 'Los derechos personalísimos y la privacidad de las personas mayores', destacan que la falta de respeto hacia la privacidad de este colectivo se ha normalizado en nuestra sociedad. Señalan que existe una percepción errónea de que la dignidad de los ancianos puede ser erosionada más fácilmente que la de otros grupos etarios. Este fenómeno también es reflejo de una autovaloración de los propios ancianos.
Con la intención de revertir esta situación, el informe hace un llamado a los poderes públicos, empresas y medios de comunicación para que trabajen de manera conjunta. Según los autores, la privacidad de las personas mayores debería ser prioritaria, incluso por encima de intereses institucionales, económicos o sensacionalistas. Además, invitan a universidades, centros de investigación y a la sociedad en general a colaborar en esta causa.
La propuesta principal del informe es la reconfiguración de la posición de las personas mayores en el ámbito social, adoptando un enfoque centrado en sus derechos. Subrayan la importancia de cuestionar constantemente cómo se preservan la autonomía, dignidad y derechos individuales de los ancianos en diferentes contextos.
Esto implica la necesidad de una aproximación ética y una respuesta jurídica que se adapten específicamente a las necesidades de este grupo. También se sugiere un enfoque metodológico único que considere las particularidades que enfrentan las personas mayores.
Enfatizan que la autonomía de los ancianos es un concepto crucial, ya que se refiere a su capacidad para vivir de acuerdo a su propio deseo. Esta autonomía abarca tanto el derecho a tener un espacio libre de interferencias no deseadas, como la libertad de construir una vida social privada con el mundo exterior.
Asimismo, los autores subrayan que es urgente crear un marco legal que resguarde y promueva los derechos de privacidad de las personas mayores. Observan que, aunque formalmente estos individuos tienen los mismos derechos que los demás, en la práctica existe una ineficacia que pone en riesgo su derecho a la privacidad, evidenciada en la insuficiencia de normas que garanticen la protección efectiva de estos derechos.
Con la aprobación de una Convención sobre los derechos de las personas mayores en el ámbito de Naciones Unidas, se podrían facilitar cambios significativos en la legislación y políticas públicas que favorezcan la protección de su privacidad.
Además, el ámbito del cuidado debe centrar su atención en la privacidad de los ancianos, ya que es allí donde las intromisiones suelen ser más habituales y perjudiciales. Se resalta la necesidad de desarrollar una ética del cuidado entre los profesionales del sector, que valore la confidencialidad, la discreción y la confianza, sin menospreciar la intimidad como un componente esencial de la dignidad humana.
El informe aboga por que esta ética se extienda a todos los contextos sensibles a la privacidad en los que se encuentren los ancianos, incorporando siempre una perspectiva de género y de diversidad que contemple orientación sexual, religiones, condiciones económicas y discapacidades.
Destacan la necesidad de recolectar información acerca de la situación actual de los derechos vinculados a la privacidad de las personas mayores. Es fundamental entender cómo se perciben y se respetan estos derechos en distintos ámbitos donde su vulnerabilidad puede ser más marcada.
Asimismo, enfatizan la importancia de que las mismas personas mayores participen activamente en la elaboración de dicha información. No se debe olvidar que su voz es esencial en la construcción de políticas que les afecten.
El objetivo de todo este esfuerzo es amplio y complementario: se busca no solo educar sobre la privacidad para contrarrestar el edadismo, sino también empoderar a las personas mayores otorgándoles conocimientos sobre sus derechos y cómo defenderlos. Finalmente, se pretende proporcionar a los poderes públicos herramientas efectivas que les permitan diseñar normas y políticas que garanticen la protección de la privacidad de nuestras personas mayores.
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