Cerca de 45,000 espectadores se congregan en Plaza de San Pedro para presenciar la histórica fumata: "Una experiencia emocionante".

ROMA, 7 de mayo. En un evento que ha atraído a aproximadamente 45.000 personas, la Plaza de San Pedro se convirtió hoy en un hervidero de emociones y expectativas durante la primera fumata del Cónclave que elegirá al nuevo líder de la Iglesia católica, según informes del portal oficial del Vaticano, 'Vatican News'.
El público tuvo que esperar hasta tres horas, con la vista fija en la chimenea de la Capilla Sixtina, un símbolo de esperanza y renovación para muchos. La ansiedad crecía entre asistentes de todas las edades: niños, parejas, familias y amigos se unieron en una vigilia de ferviente esperanza.
A medida que se disipaban los minutos, el ambiente se iba cargando de nerviosismo. Los presentes comenzaron a intercambiar opiniones y apuestas sobre quién podría ser el próximo Papa, alimentando la atmósfera de anticipación que impregnaba el lugar.
Alrededor de las 20:13 horas, mientras las gaviotas volaban sobre la icónica plaza y el anochecer comenzaba a caer, los focos que iluminan la majestuosa columnata de San Pedro aportaron un aire casi místico al evento. Un dron también sobrevolaba la chimenea, capturando en imágenes ese histórico momento.
Entre risas y comentarios, un grupo de amigos se entretenía discutiendo sobre los cardenales con posibilidades de ser elegidos, mientras en distintas áreas de la plaza surgían aplausos que parecesen animar a todos a mantener la espera. Los cánticos de "queremos Papa" resonaban, uniendo a todos en un clamor colectivo.
Finalmente, a las 21:00 horas, el momento esperado llegó y el humo negro ascendió desde la chimenea, provocando una oleada de desilusión a través de la plaza, aunque también algunos aplausos por el silencio que anunciaba la incertidumbre.
Entre los asistentes, Itziar, Berta, Cristina y Ana Cris, estudiantes de la Universidad de Navarra que se encontraban en Roma por motivos laborales, compartieron su experiencia fantasiosa y cargada de expectativas. "Vivir esta situación ha sido un momento histórico", aclararon a Europa Press, emocionadas por la singularidad del acontecimiento.
"Realmente pensé que veríamos la fumata blanca. Aunque la espera se extendió más de lo que suponíamos, bien se puede entender la cúspide de tensión acumulada", comentaron con cierta melancolía tras observar la salida del humo negro.
A medida que se preparan para regresar el jueves por la tarde a la Plaza de San Pedro, la esperanza aún persiste en que la próxima fumata sea blanca, ansiosas por conocer al 267º Papa de la historia. Su deseo es que el nuevo líder continúe con la tradición de la Iglesia mientras abraza la visión inclusiva promovida por el Papa Francisco.
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