Damasco ha recibido con optimismo las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha manifestado su disposición a revisar las sanciones impuestas a Siria. Este anuncio podría desembocar en un alivio significativo para la población siria, que ha padecido las consecuencias de un prolongado conflicto y la presión económica internacional.

En una conferencia de prensa realizada el pasado lunes, Trump expresó que está evaluando la posibilidad de levantar estas restricciones con el objetivo de brindar a los ciudadanos sirios un “nuevo comienzo” en un contexto político que ha cambiado tras la caída del régimen de Bashar al Assad en diciembre de 2024. El presidente estadounidense indicó que se encuentra trabajando en este asunto junto a su aliado turco, Recep Tayyip Erdogan.

Trump comentó que Erdogan ha planteado la necesidad de flexibilizar estas sanciones, argumentando que su naturaleza actual no favorece un renacer para Siria. “Queremos explorar opciones para ayudarles”, afirmó el mandatario, sugiriendo un enfoque más positivo hacia la situación en la región.

Las autoridades sirias han acogido con satisfacción las palabras de Trump, considerándolas un indicio favorable para poner fin al sufrimiento de su población. Un comunicado del Ministerio de Exteriores recalca que las sanciones fueron inicialmente dirigidas contra el régimen de Assad y han contribuido a su desmoronamiento, pero a su vez han entorpecido el proceso de reconstrucción del país.

En este sentido, el gobierno sirio ha expresado su esperanza por un levantamiento total de las sanciones, lo cual consideraría fundamental para alcanzar la paz y propiciar un desarrollo sostenible en la nación y en toda la región. Se anticipa que esta medida podría facilitar la cooperación internacional que promueva estabilidad y avance en Siria.

A pesar de estas declaraciones esperanzadoras, la Administración Trump aún no ha reconocido a las nuevas autoridades en Damasco, lideradas por el presidente de transición, Ahmed al Shara, y mantiene una postura firme al considerar al grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS) como una organización terrorista.