
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva este jueves para acabar con el presunto "sesgo anticristiano" dentro del Gobierno, culpando a su predecesor Joe Biden y prometiendo corregir cualquier acto inapropiado dirigido contra los cristianos.
Según la Casa Blanca, esta medida tiene como objetivo proteger las libertades religiosas de los estadounidenses y poner fin a lo que denominan "militarización anticristiana en el Gobierno".
La orden establece la creación de un grupo de trabajo durante dos años, que estará encargado de revisar políticas, hacer recomendaciones y aconsejar al presidente en este tema. Este grupo incluirá a varios funcionarios y altos cargos, como el fiscal general, los jefes de los Departamentos de Estado, Salud, Educación, Seguridad Nacional, Defensa, Tesoro y el representante ante la ONU.
Trump ha declarado que no permitirá la "militarización anticristiana" y que cualquier conducta o política ilegal dirigida a los cristianos será identificada, detenida y corregida.
Además, ha criticado la Administración anterior, acusando al Gobierno de Biden de atacar a cristianos pacíficos mientras ignoraba agresiones violentas y anticristianas. Trump ha mencionado al Departamento de Educación por intentar eliminar protecciones de libertad religiosa en campus universitarios y al Departamento de Justicia por ignorar ataques violentos contra templos católicos, organizaciones caritativas y centros provida.
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