 
                                        El 13 de mayo, en una acción que ha captado la atención internacional, Estados Unidos y Arabia Saudí han formalizado una serie de acuerdos de inversión que alcanzan la sorprendente cifra de 600.000 millones de dólares, lo que se traduce en aproximadamente 138.000 millones de euros. Entre estos acuerdos se incluyen contratos de armamento que suman cerca de 142.000 millones de dólares, un hito que la Casa Blanca ha calificado como "el mayor acuerdo comercial en la historia" de este sector.
El presidente estadounidense, Donald Trump, fue el encargado de rubricar estos importantes compromisos durante su visita a Arabia Saudí, donde fue recibido de manera ceremonial por el príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán. Este viaje, que se produce en el marco de su primer desplazamiento oficial desde que asumió nuevamente el cargo en enero (excluyendo su asistencia al funeral del Papa Francisco en el Vaticano), representa, según su administración, "el inicio de una nueva era dorada" en las relaciones entre ambas naciones.
Uno de los pilares fundamentales de esta renovada alianza radica en la defensa y la seguridad, beneficiando a más de diez empresas estadounidenses. Además de los contratos de "material bélico de última generación", cuyas especificaciones no se han detallado, se contempla, igualmente, una colaboración en la formación de las fuerzas armadas locales en el reino saudí.
La Casa Blanca ha afirmado que "la relación en temas de defensa con Arabia Saudí es más robusta que nunca", apoyándose en el liderazgo de Trump. Confían firmemente en que Riad continúe siendo un socio clave en este ámbito, con contratos e inversiones que ya superan los 129.000 millones de dólares, lo que equivale a casi 116.000 millones de euros.
Adicionalmente, ambos países buscan fortalecer la cooperación en las áreas cultural, educativa y científica. En este sentido, un acuerdo entre las respectivas agencias especiales de Estados Unidos y Arabia Saudí forma parte de la lista de compromisos alcanzados.
Entre las inversiones relevantes, la empresa saudí DataVolt se compromete a inyectar 20.000 millones de euros en la creación de centros de datos relacionados con la inteligencia artificial y en infraestructura energética en el territorio estadounidense, un acto que se selló durante una ceremonia simbólica junto a Trump y Bin Salmán.
Tras finalizar su estancia en Arabia Saudí, Trump pondrá rumbo a Qatar, un movimiento que ha suscitado polémica en Estados Unidos. El motivo de la controversia es la reciente adquisición de un lujoso Boeing 747-800, que será el nuevo avión presidencial, algo que ha generado críticas incluso por parte de algunos de sus aliados políticos más cercanos.
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