
El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha expresado su descontento ante las críticas realizadas por el G7 durante la cumbre de Hiroshima sobre la política económica y militar de China. Lavrov ha acusado a los miembros del G7 de intentar contener la alianza entre Moscú y Pekín y de querer acabar con la competencia que representa Rusia en el escenario internacional a través de una política de "supresión".
El ministro ha lamentado durante una reunión del Consejo de Política Exterior y de Defensa en la región de Moscú que la misión del G7 sea no solo derrotar a Rusia en el campo de batalla de Ucrania, sino también eliminar al país como competidor geopolítico. Lavrov ha advertido de que cualquier país que busque una posición independiente en el panorama mundial será víctima de este esfuerzo de supresión.
Lavrov ha hecho referencia a las decisiones tomadas durante la cumbre del G7 y ha señalado que su objetivo es la doble contención de Rusia y China, criticando varios aspectos de la política actual china, desde su economía hasta su expansión en el Indopacífico. El ministro ha aclarado que Rusia no promueve la hostilidad hacia nadie, pero se ve obligada a responder con firmeza y principios a la guerra que se les ha declarado.
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