El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha mostrado su solidaridad a los damnificados por la destrucción de la presa de Nueva Kajovka, en la región ucraniana de Jersón. Para ello ha ordenado al Ministerio de Situaciones de Emergencia la puesta en marcha de un dispositivo para asistir a las personas afectadas y para eliminar las consecuencias de lo que se considera un "desastre" por parte del mandatario ruso.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha explicado que Putin ha dado las directrices pertinentes al ministro de Situaciones de Emergencia, Alexander Kurenkov, para que se organicen los mecanismos de ayuda necesarios para solventar la situación generada por la destrucción de la presa.

La madrugada del martes se produjo la destrucción de la presa, según ha informado el Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Este organismo ha indicado que están investigando la magnitud del daño y la cantidad de agua que podría afectar a las zonas que podrían ser inundadas.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha acusado a los "terroristas rusos" de estar detrás de la destrucción de la presa. En cambio, el Kremlin sostiene que la destrucción fue causada por un "claro" y "deliberado" acto de sabotaje que habría sido planeado y ejecutado por el "régimen de Kiev".