En medio de las tensiones entre dos de los hombres más influyentes de Estados Unidos, el expresidente Donald Trump ha expresado su indiferencia ante la reciente crítica de Elon Musk, afirmando que el empresario sudafricano debió haber tomado una postura en su contra mucho antes. En un intercambio que ha captado la atención mediática, el magnate de SpaceX se ha comprometido a mantener su nave espacial Dragon activa, horas después de haber insinuado su posible desmantelamiento.

Musk, respondiendo a un usuario en la plataforma X, confirmó que no se retiraría el programa Dragon, tras la sugerencia de Trump de cancelar los subsidios y contratos gubernamentales a su empresa. Esta respuesta se produce tras una declaración inicial en la que Musk anunciaba que SpaceX comenzaría a desmantelar su emblemática nave como consecuencia de las amenazas de Trump.

El presidente Trump, usando su plataforma Truth Social, criticó a Musk, indicándole que estaba perjudicando su credibilidad al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Trump mencionó que le había "solicitado que se retirara" y destacó que la reacción de Musk había sido exagerada e inapropiada.

Este episodio no es aislado, ya que Musk también ha atacado recientemente la propuesta fiscal presentada por Trump, que calificó como una “abominación repugnante”. La respuesta de Trump a estas críticas fue de desilusión, señalando que Musk, quien alguna vez fue su asesor, debería haber estado al tanto de los detalles del proyecto y de su importancia para el país.

En defensa de su reforma fiscal, Trump argumentó que esta es una de las mejores iniciativas legislativas vistas en el Congreso, y advirtió que su fallo podría resultar en un drástico aumento de impuestos que beneficiaría aún menos a los ciudadanos. En sus palabras, "no me preocupa que Elon haya cambiado de postura, pero debería haberlo hecho hace tiempo”. En ese sentido, Trump se autodenomina como un solucionador de problemas en lugar de culpable del estado actual de la economía.

Las tensiones han subido de tono, con Musk y Trump cruzando acusaciones que incluyen viejas controversias sobre Epstein, lo que ha llevado a la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, a calificar la situación como un “episodio desafortunado” y a manifestar su creencia de que Musk no está satisfecho con la reforma fiscal porque no incluye sus propias propuestas.