Crónica España.

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Líderes de la UE buscan diálogo estratégico con Trump, priorizando intereses propios sin caer en ingenuidad.

Líderes de la UE buscan diálogo estratégico con Trump, priorizando intereses propios sin caer en ingenuidad.

Budapest, 7 de noviembre - En un contexto marcado por el cambio en la administración estadounidense, los líderes europeos han enfatizado la importancia de mantener un diálogo constructivo con el futuro presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. A pesar de las diferencias estratégicas evidentes, la dirección que se quiere tomar es la de "fortalecer" los lazos transatlánticos, una relación que, según los líderes, debe ser gestionada con un enfoque pragmático y una Unión Europea que muestre una agenda propia centrada en temas cruciales como la seguridad, la defensa y la competitividad económica.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha expresado su convicción de que, a pesar de los desacuerdos, Estados Unidos y la Unión Europea comparten "mucho en común". Ha instado a los países miembros a "profundizar" en su relación con un bloque de 27 naciones que se presente ante Washington como un socio "respetuoso y respetable", capaz de comprometerse de una manera "racional".

En un tono provocador, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha planteado una interrogante al resto de los líderes europeos presentes en la Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en Budapest: “¿Queremos ser meros lectores de la historia escrita por otros?” En su discurso, ha recordado las crisis geopolíticas actuales, desde las guerras iniciadas por Vladimir Putin hasta las decisiones comerciales de China, inclinándose por la idea de que Europa debe ser protagonista en la narrativa global.

Continuando con su planteamiento, Macron ha señalado que el debate acerca de si la victoria de Donald Trump es positiva o negativa es un tema secundario; lo realmente importante es la preparación de Europa para defender sus propios intereses en el nuevo contexto internacional. "Esta debe ser nuestra prioridad", ha asegurado, añadiendo que es crucial evitar un "transatlantismo ingenuo" y un "nacionalismo corto de miras" que obstaculice los esfuerzos frente a las potencias emergentes como China.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien ha sido un firme aliado de Trump en la UE, se ha abstenido de mencionar las elecciones estadounidenses durante su discurso, optando más bien por señalar la importancia de los esfuerzos comunes entre los países europeos para enfrentar desafíos compartidos.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha sido uno de los pocos en congratular a Trump por su "enfática elección", subrayando la necesidad de que las relaciones transatlánticas se mantengan "con fuerza". Sin embargo, ha destacado que un diálogo sólido no se puede establecer desde una Unión Europea debilitada; por lo tanto, es esencial que Europa despierte de su "ingenuidad geopolítica" y asuma su responsabilidad en cuestiones cruciales como la defensa y la competitividad económica.

En la misma línea, el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, ha planteado la necesidad de enviar un "mensaje claro" al nuevo gobierno de Trump en relación con el apoyo a Ucrania, reiterando que este respaldo debe ser "inequívoco" y duradero. Además, ha puesto de relieve que es hora de que Europa tome una mayor iniciativa en su propia defensa y en la mejora de su seguridad interna.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha reiterado sus felicitaciones a Trump y ha expresado su esperanza de colaborar con él para "reforzar los lazos transatlánticos". Su afirmación refleja un deseo de continuación en la cooperación Europa-EEUU, lo que es, sin duda, una prioridad dentro del marco político europeo.

Finalmente, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, ha abogado por mantener una relación fuerte con Estados Unidos, recordando que la UE no es nueva en la gestión de una administración Trump. Ha destacado que durante el primer mandato de Trump se tomaron decisiones que fortalecieron a la OTAN y ha mostrado su confianza en la posibilidad de que Washington y Kiev establezcan un "lenguaje constructivo" para asegurar el apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa.