La polarización política en Estados Unidos ha llegado a niveles críticos, con los candidatos presidenciales Kamala Harris y Donald Trump intercambiando duras críticas en sendos actos realizados en Milwaukee, Wisconsin. Este estado bisagra se perfila como un territorio clave en las elecciones del 5 de noviembre, con un total de diez votos electorales en juego.

En su discurso, Harris ha prometido cumplir con las promesas hechas a los ciudadanos, mientras que Trump ha insistido en que la candidata demócrata siente un profundo "odio" hacia los estadounidenses, según reportes de la cadena de televisión CNN.

La batalla por Wisconsin se ha intensificado, ya que la pérdida de este estado junto a Michigan y Pensilvania, conocidos como el "muro azul" demócrata, ha significado históricamente una victoria republicana en las elecciones presidenciales.

Con un tono desafiante, Harris ha asegurado que está lista para asumir el liderazgo en la Casa Blanca y no permitirá obstáculos en su camino hacia una nueva era para el país. Además, ha condenado la retórica violenta de su oponente y ha llamado a rechazarla de manera contundente.

En contraste, Trump ha catalogado a Harris como una persona poco honorable y ha afirmado que, a pesar de sus críticas, él ama a Estados Unidos y está comprometido con construir un futuro extraordinario para la nación.

El magnate estadounidense también ha abordado el tema del calentamiento global, mostrando escepticismo y minimizando la importancia de las medidas para combatir el cambio climático. Su enojo por un problema técnico con el micrófono se hizo evidente, pero no le impidió expresar su punto de vista de manera vehemente.

La contienda por Wisconsin se presenta reñida, con antecedentes de elecciones presidenciales decididas por márgenes mínimos en los últimos años. En 2016, Trump se llevó el estado con una ventaja de 0,7 puntos porcentuales, mientras que en 2020, Joe Biden logró revertir la situación al imponerse por 0,6 puntos porcentuales.