Hamás condena las decisiones unilaterales de la Autoridad Palestina tras la controversia por la sucesión de Abbas.
En un giro significativo en el panorama político palestino, el Movimiento de Resistencia Islámica, conocido como Hamás, ha expresado su fuerte oposición a los recientes "cambios unilaterales" implementados por la Autoridad Palestina. La crítica surge tras el anuncio del presidente Mahmud Abbas el pasado domingo, en el que se inicia formalmente un proceso de sucesión que podría designar a Husein al Sheij, vicepresidente actual, como presidente interino en caso de vacante.
El portavoz de Hamás, Hazem Qasem, ha denunciado que estas modificaciones por parte de la cúpula de la Autoridad Palestina violan la Ley Básica y no cuentan con el consenso necesario a nivel nacional. Según Qasem, "la falta de un acuerdo colectivo y el uso de estos cambios para favorecer a ciertos grupos han creado una distorsión significativa en el sistema político palestino", complicando la posibilidad de una reforma efectiva.
Hamás ha subrayado su compromiso de avanzar hacia una reforma política que incluya un consenso amplio entre las facciones palestinas. En declaraciones recogidas por el diario 'Filastin', el portavoz afirmó que seguirán trabajando para fomentar la unidad palestina, necesaria para enfrentar los retos sin precedentes que amenazan la causa palestina.
Este pronunciamiento de Qasem se produce en un contexto en el que Abbas, de 89 años, ha dejado claro su deseo de establecer un mecanismo de sucesión. Al Sheij asumiría el poder temporalmente en Cisjordania, así como las negociaciones con Hamás, lo que se vuelve crucial tras la reciente escalada de violencia en Gaza tras los ataques del 7 de octubre.
De acuerdo con el comunicado oficial, si se produce una vacante, Al Sheij asume la presidencia de la Autoridad Nacional durante un periodo que no superaría los 90 días, en el que se organizarían elecciones directas. Sin embargo, existe la posibilidad de que el Consejo Central Palestino extienda su mandato si las circunstancias no permiten la celebración de votaciones por razones de fuerza mayor.
A pesar de los esfuerzos conjuntos entre Hamás y Al Fatá, el partido de Abbas, para alcanzar un acuerdo de unidad, estos han sido infructuosos. Las diferencias han crecido, especialmente en respuesta a la ofensiva israelí en Gaza y las presiones para que Hamás quede excluido de cualquier futura gobernanza.
Desde 2007, Hamás controla la Franja de Gaza después de un enfrentamiento interno que siguió a su victoria en las elecciones de 2006, lo cual generó una fuerte respuesta por parte de Estados Unidos e Israel, que denegaron el resultado y presionaron para socavar a la Autoridad Palestina. Esto ha llevado a un incremento en las tensiones y al estancamiento del diálogo entre las partes.
En la actualidad, mientras Al Fatá mantiene el control sobre Cisjordania, la situación de división sigue siendo un tema candente, con la reunificación de los territorios palestinos cada vez más difícil debido a las demandas de Israel. Este escenario añade una complejidad adicional al ya complicado futuro político de Palestina.
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