Crónica España.

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Groenlandia vota este martes bajo el foco internacional por el interés de Trump.

Groenlandia vota este martes bajo el foco internacional por el interés de Trump.

La atención internacional se ha centrado en Groenlandia con motivo de las elecciones programadas para este martes, marcadas por el inusual interés que ha suscitado la propuesta del expresidente estadounidense Donald Trump de adquirir esta vasta región autónoma de Dinamarca. Groenlandia, la isla más grande del mundo, ha estado en el centro del debate sobre su futura independencia, un anhelo que ha cobrado fuerza en los últimos años.

Aunque normalmente estos comicios despertarían interés solo en el ámbito local y danés, el regreso de Trump al escenario político ha cambiado la dinámica. Sus insistencias sobre la posesión de Groenlandia, motivadas por la riqueza de recursos naturales de la región y su posición estratégica en el Ártico, han atraído la mirada del mundo hacia un proceso electoral en el que cerca de 41,000 ciudadanos están habilitados para elegir a sus 31 representantes, en una isla que está en su mayoría cubierta de hielo.

En un reciente mensaje en su red social, Trump reafirmó el apoyo de Estados Unidos al derecho del pueblo groenlandés a decidir su futuro. No obstante, sus visiones para Groenlandia y las aspiraciones de sus habitantes parecen estar en desacuerdo. “Estamos listos para inyectar millonarios fondos en su economía y brindarles la oportunidad de unirse a la nación más poderosa del mundo”, declaró Trump, prometiendo beneficios a cambio de un vínculo más estrecho con EE.UU.

Este no es el primer encuentro entre EE.UU. y Groenlandia en términos de adquisiciones; durante su mandato anterior, Trump ya había hecho una oferta a Dinamarca para comprar la isla. Al mismo tiempo, aseguró que la seguridad de Groenlandia sería una prioridad para su administración, recordando que EE.UU. mantiene la base espacial Pituffik desde los años 50 en el noroeste de la isla.

A pesar de las propuestas de Trump, el sentimiento general en Groenlandia es que la isla "no está en venta", un eslogan que ha resonado tanto en Groenlandia como en Dinamarca, aunque por razones distintas. Este mensaje fue reiterado por muchos groenlandeses que consideran que, si bien hubiese sido ventajoso en otras circunstancias, el enfoque del expresidente no les interesa actualmente.

El primer ministro groenlandés, Mute Egede, quien ha liderado una coalición de izquierda independentista desde 2021, expresó en una reciente entrevista que la "imprevisibilidad" de Trump ha generado inquietud en varias áreas a nivel global. Además, enfatizó que la insistencia del expresidente en adquirir Groenlandia no es lo que desearían en un contexto más favorable.

En las encuestas previas a las elecciones, Egede parece tener ventaja para mantener su puesto, aunque los datos indican una caída de apoyo a su partido, Ataqatigiit, que se prevé obtenga el 31% de los votos. En contraste, su socio de gobierno, Siumut, está experimentando un descenso en su popularidad.

Al mismo tiempo, los sondeos han mostrado un incremento en el respaldo a partidos opositores, como Naleraq, que también busca la independencia pero aboga por fortalecer los lazos con EE.UU. En estas elecciones, este partido contará con la candidatura de la influencer Qupanuk Olsen, además de los Demócratas y Atassut, que proponen mantener el vínculo con Dinamarca.

En 2009, la población groenlandesa se pronunció de manera abrumadora a favor del autogobierno en un referéndum que también sentó las bases para una posible independencia, un tema que vuelve a ser central en la agenda electoral. A pesar de este deseo de autonomía, muchos groenlandeses son conscientes de que Dinamarca sigue controlando aspectos cruciales como la política monetaria y los asuntos exteriores, además de financiar más de la mitad del presupuesto para servicios básicos.

Los movimientos soberanistas confían en que una adecuada explotación de recursos naturales, como los yacimientos de tierras raras y petróleo que yacen bajo el hielo, puede financiar un futuro estado independiente. Sin embargo, la necesidad de capital extranjero para desarrollar estas iniciativas plantea un debate sobre las condiciones que regirían una relación económica futura, un asunto delicado en una sociedad donde la mayoría de 56,000 habitantes son indígenas inuit, con profundas conexiones con su entorno natural.