En el emblemático campus de la Universidad de Yale, en New Haven, Estados Unidos, cientos de manifestantes con inclinación pro-Palestina llevaron a cabo una protesta enérgica contra la presencia del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir. Este evento se produjo mientras el político, conocido por sus posturas de derecha, ofrecía un discurso en la sede de Shabtai, una agrupación judía no oficialmente vinculada a la universidad de Ivy League.

Un representante de Yale confirmó a la cadena CNN que la congregación, que contaba con alrededor de 200 miembros, se organizó sin la debida autorización y no estaba asociada a ninguna de las organizaciones estudiantiles reconocidas por la institución. La manifestación tuvo lugar en la plaza Beinecke, en el corazón del campus, donde se instalaron varias carpas como parte de su protesta.

Los manifestantes alzaron sus voces exigiendo la "libertad de Palestina" y proclamaron que "el pueblo jamás será vencido". Ante la situación, las autoridades universitarias emitieron alertas destacando la necesidad de que se realicen "asambleas pacíficas" para proteger "la integridad física de todos los participantes".

Este tumulto se produjo tras una reunión entre un grupo de estudiantes y la administración de Yale, donde se discutieron recientes infracciones a las políticas de la universidad. Previamente, Yale había excluido a esta agrupación de sus registros argumentando que sus actividades fomentaban discursos "antisemitas" en el contexto de sus protestas. La institución dejó claro en un comunicado su firme postura contra el antisemitismo, anunciando procesos disciplinarios para quienes quebranten estas directrices.

Por su parte, Itamar Ben Gvir, quien entró al edificio por la entrada principal para llevar a cabo su intervención como estaba previsto, minimizó la relevancia de las protestas, afirmando que no se dejaría intimidar por los manifestantes. "Continúo mi importante viaje en Estados Unidos", afirmó en un comunicado emitido por su oficina.

A pesar de las medidas tomadas, algunos manifestantes reaccionaron de forma más agresiva, lanzando botellas de agua hacia el ministro israelí al concluir su discurso. Sin embargo, no mostró signos de intimidación, levantando el gesto de victoria con la mano mientras se retiraba, asegurando que no había sufrido ningún daño, según lo reportado en el comunicado.