
En un movimiento reciente que ha generado controversia, el Gobierno de Estados Unidos ha comunicado este miércoles una nueva serie de sanciones dirigidas a Rusia, las cuales incluyen a la planta nuclear de Zaporiyia, actualmente bajo control de las fuerzas rusas. Esta medida se produce en un momento en que Joe Biden se encuentra en los últimos días de su mandato presidencial, justo antes de que Donald Trump retome el liderazgo de la Casa Blanca.
El subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo, ha declarado que "las acciones de hoy frustran la capacidad del Kremlin de eludir nuestras sanciones y obtener acceso a los bienes que necesita para construir armas para su guerra preferida en Ucrania". Este enfoque, según Adeyemo, tiene como objetivo implementar sanciones secundarias que reducirán de manera significativa el acceso de Rusia a importantes ingresos y recursos materiales.
La administración Biden, a través de los Departamentos del Tesoro y de Estado, ha impuesto sanciones a más de 200 individuos y entidades, incluidas varias con sede en China. Las autoridades estadounidenses sostienen que estas medidas son una respuesta a "los intentos rusos de evadir las sanciones estadounidenses" y tienen como finalidad "disminuir los ingresos de Rusia provenientes del petróleo y gas natural".
En este contexto, el Tesoro ha designado a más de 150 individuos y entidades, además de señalar a 183 buques como propiedad bloqueada, aunque un centenar de ellos ya se encontraban bajo sanciones. Por su parte, el Departamento de Estado ha impuesto restricciones a cerca de 80 personas y entidades vinculadas al sector energético ruso, señalado como la "principal fuente de ingresos que alimenta la guerra de Rusia contra Ucrania".
Es relevante mencionar que Washington ha fijado su atención en los miembros de la junta directiva de la empresa nuclear rusa Rosatom, incluido su CEO, Alexéi Likhachev, por sus declaraciones públicas en las que indican que sus empresas están involucradas en el desarrollo de sistemas de armas, incluso para ser utilizados en la invasión de Ucrania.
Adicionalmente, las sanciones también abarcan a empresas que participan en la producción y exportación de gas natural licuado (GNL), así como a dos terminales rusas de exportación de GNL, y a entidades dedicadas a la industria minera y metalúrgica, reflejando un enfoque amplio y decidido por parte de la administración estadounidense en cuanto a la restricción de las operaciones económicas de Rusia.
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