Crónica España.

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Burkina Faso, Malí y Níger desestiman el ultimátum de salida impuesto por la CEDEAO.

Burkina Faso, Malí y Níger desestiman el ultimátum de salida impuesto por la CEDEAO.

Los recientes acontecimientos en el Sahel han suscitado una fuerte reafirmación de la postura de los líderes golpistas, quienes han decidido elevar el estado de alerta de las fuerzas de seguridad en sus respectivos países. En una clara manifestación de su descontento con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), han hecho un llamado a intensificar la vigilancia, en un contexto donde las tensiones políticas siguen en aumento.

La Alianza de Estados del Sahel, que agrupa a Burkina Faso, Malí y Níger, ha emitido un comunicado en el que se pronuncia en contra del plazo de seis meses que la CEDEAO ha concedido para la retirada de sus tropas. En este comunicado, los líderes de la Alianza han calificado a la CEDEAO de actuar con "ambiciones imperialistas y neocolonialistas", afirmando que esta decisión se basa en motivos que socavan la soberanía de sus naciones.

Los jefes de Estado de la AES han manifestado su desacuerdo con la prórroga de la retirada, considerándola como un nuevo intento de la CEDEAO, a instancias de intereses franceses, para llevar a cabo acciones que minen la estabilidad de la región. "La prórroga unilateral nos ha sorprendido y refleja una falta de entendimiento entre ambas partes sobre cómo proceder", indican sus mensajes, resaltando la necesidad de una colaboración más profunda en cuestiones fundamentales como el proceso de retirada.

De igual manera, la Alianza ha expresado su preocupación por las tácticas que consideran engañosas, relacionadas con el cierre de las bases militares francesas en África. Advierten que estos movimientos son simplemente un cambio de estrategia para mantener el mismo control neocolonial bajo nuevas fachadas. La referencia a la reagrupación de grupos terroristas en áreas clave del Sahel y del lago Chad muestra la seriedad de la situación, y la Alianza parece convencida de que estos hechos son parte de un plan más amplio para desestabilizar la región.

Frente a esta serie de desarrollos, los líderes de los tres países han decidido adoptar medidas más drásticas, como poner en máxima alerta a las fuerzas de seguridad. Además, han propuesto establecer un único teatro de operaciones militares que integre tanto a las fuerzas nacionales como a las aliadas dentro de la Alianza. Llaman también a la población a aumentar su vigilancia, a reportar cualquier actividad sospechosa y a resistir las tentaciones de unirse a grupos terroristas, enfatizando la importancia de la colaboración entre el gobierno y los ciudadanos para garantizar la seguridad.

Los líderes militares, el capitán Ibrahim Traoré de Burkina Faso, el coronel Assimi Goita de Malí y el general Abdourahamane Tchiani de Níger, no han dudado en atribuir a la CEDEAO el papel de agente desestabilizador, bajo la influencia de poderes extranjeros que, según ellos, han convertido a la organización en una amenaza para la soberanía y bienestar de sus estados miembros.

La decisión de abandonar la CEDEAO implica un impacto significativo, afectando a casi 70 millones de personas que ahora se ven excluidas de esta organización panafricana. A pesar de los intentos de mediación de la CEDEAO para lograr un retorno al orden civil a través de elecciones, la situación actual indica que el camino hacia un entendimiento y una resolución pacífica no será fácil ni rápido.