El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, fue objeto de insultos durante el debate de investidura en el Congreso. Apenas transcurrida media hora de la sesión, los diputados del Grupo Popular comenzaron a vociferar, lanzando acusaciones como "mentiroso", "trilero" y "pinocho".
Estas protestas surgieron mientras Sánchez describía lo que considera como recortes de libertades por parte de gobiernos autonómicos y locales del Partido Popular, tanto en solitario como en coalición con Vox.
La presidenta de la Cámara, Francina Armengol, se vio obligada a intervenir y llamar la atención de los diputados. Tuvo que detener momentáneamente la sesión para pedir respeto por el orador y permitir que Sánchez continuara con su discurso de investidura.