El Gobierno francés, junto con la industria automovilística del país, ha propuesto que los automóviles eléctricos que satisfagan los estándares de producción europeos reciban un tratamiento preferencial. Esta iniciativa busca otorgar mayor flexibilidad a los fabricantes que decidan elaborar sus vehículos en el territorio europeo y a la vez resaltar la necesidad de una preferencia genuinamente europea en la revisión de las normativas relacionadas con las emisiones de CO2 de los automóviles.
Los ministros de Industria y Transición Ecológica de Francia han presentado estas ideas, abogando por un enfoque que garantice la protección adecuada de la industria automotriz europea, especialmente en lo que respecta a los proveedores más vulnerables. En sus declaraciones, enfatizaron que el objetivo no es cerrar el mercado, sino restablecer condiciones equitativas frente a la competencia desleal que viene de fuera de Europa.
El comunicado del Gobierno destaca que las metas industriales de Europa para los vehículos eléctricos deben ser al menos equivalentes a la situación actual de los coches de combustión, que representan alrededor del 75% de la tecnología, componentes y piezas involucradas. El riesgo de reducir drásticamente los puestos de trabajo en el sector industrial si se desatiende esta realidad es un punto crítico que han subrayado.
Los criterios para esta preferencia europea deberían priorizar la producción interna de una parte significativa del valor agregado de los vehículos, así como de sus componentes clave, como baterías, motores eléctricos y sistemas electrónicos. Estas pautas deben ser discutidas de manera pragmática en colaboración con la industria para asegurar su simplicidad y eficacia.
En la misma línea, tras sus conversaciones con el sector automotriz, los ministros han reiterado que los objetivos ecológicos deben complementarse con una estrategia industrial clara. Han expresado su apertura a adaptaciones en los plazos y la neutralidad tecnológica propuesta por la normativa de 2035, a condición de que estas vengan acompañadas de incentivos normativos y financieros que fortalezcan las cadenas de valor europeas en un mercado global competititivo.
Asimismo, han demandado que la estrategia de descarbonización para los vehículos industriales ligeros se ajuste a las dinámicas del mercado, sugiriendo que los objetivos se suavicen a lo largo de un período de cinco años para facilitar esta transición.
Finalmente, las autoridades francesas han instado a la Comisión Europea a acelerar las iniciativas que vayan en la dirección de fomentar el desarrollo de un vehículo eléctrico europeo de menor tamaño, lo cual sería crucial para mejorar la competitividad de la industria automotriz en el continente.
La ministra de Transición Ecológica, Monique Barbut, subrayó la importancia de lograr una Europa baja en carbono, que también sea un centro de innovación y producción. "Apostar por la preferencia europea es esencial para que la transición hacia la sostenibilidad sea viable, aceptable y al alcance de todos", afirmó.
Por su parte, el ministro de Industria, Sébastien Martin, hizo hincapié en que, en la próxima reunión prevista para el 10 de diciembre, la Comisión Europea debe emitir un mensaje contundente que reafirme la soberanía industrial del continente: "Producir en Europa debe ser considerado nuevamente una ventaja significativa", concluyó.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.