En los mares del Mediterráneo, la llamada Flotilla de la Libertad se aproxima a la Franja de Gaza, donde se espera que llegue en unas 24 a 48 horas. Esta nave, cargada de ayuda humanitaria, está actualmente a unas 180 millas náuticas de la costa palestina. Sin embargo, la amenaza de una posible intervención por parte de las fuerzas israelíes es inminente, ya que la semana pasada se hizo un operativo contra más de 40 barcos de una flotilla anterior.

Las autoridades israelíes han establecido una zona de exclusión de 150 millas alrededor de Gaza, lo que representa un desafío considerable para los organizadores de esta nueva misión humanitaria. Ellos han alertado sobre la inminente posibilidad de ser interceptados y han solicitado un paso seguro para sus embarcaciones, haciendo hincapié en la urgencia de su llegada.

En esta flotilla participan siete veleros y un ferry antiguo conocido como "Conscience", un barco que ya había sido atacado por drones durante una iniciativa anterior en mayo. A bordo, hay más de 150 activistas de 30 países, siete de los cuales son españoles, un número que refleja la diversidad de la protesta internacional.

La organización detrás de esta flotilla ha insistido en que la presencia de periodistas y profesionales médicos con ellos hace que cualquier intento de interceptación sea altamente problemático para Israel. Argumentan que tal acción podría amplificar la atención internacional sobre el asedio que enfrentan los palestinos, poniendo a Israel en una posición desfavorable ante la opinión pública mundial.

Cabe recordar que la interceptación de la anterior Global Sumud Flotilla resultó en la detención de más de 400 personas, entre las que se incluían 49 españoles. Israel ha deportado a la mayoría de esos detenidos, aunque a día de hoy aún retiene a seis, incluyendo a una ciudadana española acusada de haber agredido a personal de la prisión. Este incidente ha reavivado el debate sobre las tácticas de Israel en el control de las aguas alrededor de Gaza.