Madrid, 28 de marzo. En un emocionante enfrentamiento en el Samokov Arena de Bulgaria, el Valencia Basket sucumbió ante el Hapoel Tel Aviv con un marcador de 96-91, lo que dejó la serie de semifinales de la Eurocup empatada. Con la vista en la final, el equipo español tiene una segunda oportunidad de sellar su pase en el partido decisivo que se llevará a cabo este miércoles en su casa, La Fonteta.

El conjunto dirigido por Pedro Martínez enfrentó un desafío complejo, ya que habían logrado salir victoriosos en el primer partido, pero este viernes se encontraron obligados a luchar de nuevo contra un Hapoel decidido a no rendirse. Las figuras destacadas de la noche fueron Johnathan Motley, que acumuló 26 puntos y 8 rebotes, junto a Yam Madar y Antonio Blakeney, quienes contribuyeron con 21 y 22 puntos, respectivamente, evitando que los 'taronja' consiguieran la remontada.

A pesar de que el Valencia no se desconectó del partido en ningún momento, siempre estuvo a la zaga del rival. Un inicio complicado con un 19-10 en el primer cuarto dejó claro que los 'taronja' tendrían que darlo todo para revertir la situación. Problemas de faltas en la zona interior y la falta de máximo rendimiento de varios jugadores complicaron las cosas, permitiendo que Hapoel, impulsado por Motley y Madar, ampliara su ventaja a 52-44 antes del descanso. No obstante, el vínculo entre Jean Montero y Matt Costello, quien terminó como el máximo anotador del Valencia con 21 puntos, ayudó a mantener vivas las esperanzas del equipo español.

Las pérdidas de balón se convirtieron en un obstáculo significativo para los pupilos de Martínez. Aun así, el equipo mantuvo la competitividad. Un golpe contundente por parte de Blakeney en el tercer cuarto amenazó con distanciar a los locales, pero la respuesta del Valencia vino de la mano de Stefan Jovic, que logró poner el partido 76-71 antes de entrar en el último periodo. La tensión en el aire era palpable, pero el Hapoel mostró su temple para manejar la situación, mientras que el Valencia no pudo apretar lo suficiente para poner en jaque a un equipo israelí que logró salir a flote sin necesidad de una red de seguridad.