El Gobierno asegura que las filtraciones no afectan su imagen y confía en que no involucran a Sánchez.

El presidente del Gobierno español se muestra sereno ante la reciente divulgación de mensajes privados, convinciéndose de que su integridad no se ve comprometida. Su reacción, descrita como “deportiva”, refleja una confianza en que no ha cometido ninguna irregularidad.
En el Palacio de La Moncloa, los altos cargos buscan minimizar el impacto de las conversaciones entre Pedro Sánchez y el exministro José Luis Ábalos, aceptando la incomodidad que conlleva la publicación de este tipo de comunicaciones, pero reafirmando que no hay nada en ellas que pueda perjudicar al presidente.
A pesar de que los mensajes revelan tensiones entre Sánchez y ciertos líderes autonómicos, a quienes califica de “petardos” e “hipócritas”, desde el Gobierno se considera que la situación no genera un nuevo conflicto, ya que la relación con estos barones ha sido tensa desde hace tiempo.
Los mensajes también contienen críticas hacia miembros de su propio Gabinete, incluyendo a la ministra de Defensa, Margarita Robles, que es referida de manera poco halagadora. Sin embargo, las fuentes gubernamentales subrayan que estas cuestiones no tienen relevancia política y que no han creado malestar interno significativo.
Las reacciones de figuras como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, o el expresidente de Aragón, Javier Lambán, estaban anticipadas y no se ven como un problema nuevo, dado que la comunicación con ellos ya se había deteriorado considerablemente.
Las fuentes gubernamentales se muestran seguras de que los mensajes intercambiados entre Sánchez y Ábalos no son comprometedores. A pesar de la destitución de Ábalos en julio de 2021, ambos parecen haber mantenido una relación cordial, evidenciada en las comunicaciones recientes donde Sánchez expresa su apoyo frente a rumores dañinos sobre el exministro.
Esos rumores, que han incluido acusaciones sobre gastos excesivos y comportamientos inapropiados de Ábalos, no han sido corroborados, y el Gobierno se esfuerza por restarles importancia, enfatizando que se desconoce la magnitud de las complicaciones legales que podrían surgir más adelante.
Aunque existe preocupación por la posible continuación de la difusión de mensajes privados, las autoridades aseguran que no hay nada que pueda involucrar al presidente en actividades irregulares. Sánchez se encuentra en una posición de tranquilidad, convencido de que sus acciones han sido correctas, a pesar de la molestia que genera ver sus conversaciones personales expuestas públicamente.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.