
Un reciente informe de la OCDE ha puesto de manifiesto una preocupante situación educativa en España, donde la escolarización de jóvenes de 15 a 19 años en Formación Profesional (FP) se encuentra significativamente por debajo de la media europea. Con un 15% de matriculación en FP, nuestro país se aleja del 29% que se observa en la Unión Europea.
El estudio, denominado 'Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE. 2025', revelado el 9 de septiembre, destaca que un alarmante 34,7% de la población española presenta un bajo nivel educativo, cifra que duplica la media de la UE, situada en un 15,5%. La situación se agrava aún más si se considera que esta diferencia es de 16 puntos con respecto a los países de la OCDE.
A pesar de este panorama desolador, el informe también señala que España ha realizado avances en la reducción de este bajo nivel educativo. En el transcurso de los últimos catorce años, la proporción de adultos con sólo estudios de Secundaria ha disminuido del 47,1% en 2010 al actual 34,7% en 2024, superando las reducciones en la media de la OCDE y la UE.
En términos de educación terciaria, la situación de España es relativamente más favorable, con un 42,3% de la población adulta completando estudios en este nivel, una cifra que supera la de la OCDE y la UE. Entre 2019 y 2024, la tasa de graduación en educación superior ha crecido, evidenciando una tendencia positiva en este ámbito.
El informe también subraya la importancia de la educación en la primera infancia, señalando que España ha destacado en la escolarización temprana. Con un 32,9% de los menores de dos años inscritos en programas formales de educación infantil, el país se posiciona muy por encima de las medias de la OCDE y la UE25. Para los niños de dos años, la tasa de escolarización alcanza el 71,2%, una cifra que muestra un notable incremento en comparación con años previos.
Entre 2013 y 2023, España ha registrado un aumento significativo en la escolarización de menores de 3 años, superando las tendencias generales de la OCDE y la UE25, con un avance de 14 puntos porcentuales, lo que indica un esfuerzo notable en la mejora del acceso a la educación infantil.
La escolarización en el segundo ciclo de educación infantil es prácticamente universal en España, alcanzando un 98% de cobertura. Esta cifra coloca al país entre los líderes europeos en este aspecto, superando notablemente las tasas de otros estados, como Irlanda.
Sin embargo, aún persisten desafíos significativos, como la tasa de repetición de curso en secundaria, que, aunque se ha reducido, sigue siendo superior a la media de la OCDE y de la UE. La Formación Profesional continua siendo un área crítica, con solo un 15% de jóvenes matriculados, cifra que queda muy por detrás de las medias europeas.
El fenómeno de los jóvenes que ni estudian ni trabajan es también preocupante. España presenta un 17,6% de jóvenes en esta categoría, lo que contrasta con promedios más bajos en otros países europeos. Aunque ha habido una ligera mejoría desde 2019, el 7,3% de los jóvenes entre 18 y 24 años sigue enfrentando el desempleo a corto plazo, un porcentaje considerablemente más alto que el de la media de la OCDE.
En términos de gasto educativo, España se encuentra en una situación desventajosa, invirtiendo menos que la media de la OCDE por estudiante. Sin embargo, al vincular esta inversión con el crecimiento económico, el país destina un 26,5% del PIB per cápita, lo que indica un esfuerzo relativo mayor en comparación con otros países que gastan más.
El informe resalta que el gasto público por estudiante es inferior a lo recomendado en todos los niveles educativos, reflejando un desafío continuo para el sistema educativo español, especialmente en educación terciaria, que aún presenta cifras por debajo de las medias internacionales.
La cantidad de horas de instrucción en primaria y secundaria es comparable a la media internacional, aunque en secundaria España supera significativamente a otros países. Además, la relación de estudiantes por docente es más baja en España que en otros lugares, a excepción de secundaria, donde se iguala a la media europea.
Por último, a pesar de que los salarios del profesorado en España son competitivos en comparación con la OCDE y la UE, el tiempo necesario para alcanzar los niveles más altos de la escala salarial se encuentra entre los más extensos, lo que podría desincentivar el interés por la profesión docente en el futuro.
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