El próximo 15 al 17 de noviembre se llevará a cabo el XXVI Congreso Católicos y Vida Pública, bajo el lema 'Quo vadis. Pensar y actuar en tiempos de incertidumbre'.

MADRID, 17 Sep.

La Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación San Pablo CEU están organizando este congreso, en el que han hecho un llamamiento a los católicos para que defiendan sus valores fundamentales, como la vida y la familia, frente al relativismo y los extremismos.

En un manifiesto presentado este martes, los organizadores han destacado la importancia de reforzar los fundamentos en medio de una crisis en la sociedad, evitando tanto el relativismo como el extremismo como soluciones.

Los codirectores del congreso, María Sangil y José Masip, han enfatizado la necesidad de reflexionar sobre hacia dónde se dirigen los católicos y la sociedad en general, y cómo pueden tomar un papel más activo en estos tiempos de incertidumbre.

Según el manifiesto, es esencial que los católicos tomen conciencia de su rol, involucren a nuevas generaciones y abandonen la marginalización a la que parecen ser sometidos por corrientes dominantes y de pensamiento único.

Los organizadores resaltan la importancia de no buscar apoyo partidista, sino enunciar una estrategia que contribuya a concienciar sobre la gravedad de la situación actual, marcada por la pérdida de referencias permanentes en la sociedad.

El congreso se enfoca en el impacto del relativismo moral y el materialismo en la civilización occidental, así como en la necesidad de reforzar valores cristianos como la vida, la familia y la dignidad humana para revertir la decadencia en la que parece estar inmersa la sociedad contemporánea.

Los organizadores recalcan que la defensa de estos valores no es un acto de fundamentalismo, sino una forma de liderar el debate sobre el futuro de las sociedades occidentales en un contexto de desmoralización y desorden social que socava los principios básicos de convivencia.

José Masip ha expresado su preocupación por la pérdida de valores en la sociedad actual, y ha instado a los católicos a intervenir de manera más activa en la vida pública para contrarrestar este fenómeno. Además, ha adelantado la participación de personalidades internacionales en las ponencias del congreso, así como mesas redondas con jóvenes movimientos y youtubers.