Crónica España.

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Bustinduy advierte: el país se vendría abajo si las mujeres que cuidan dejan sus empleos.

Bustinduy advierte: el país se vendría abajo si las mujeres que cuidan dejan sus empleos.

En un reciente evento en Madrid, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha destacado la crucial importancia del trabajo de las mujeres dedicadas al cuidado de personas dependientes. Según él, si estas profesionales decidieran cesar sus actividades, el país enfrentaría una crisis sin precedentes.

Bustinduy compartió sus observaciones durante la presentación del acto titulado 'Las trabajadoras de cuidados del Sistema de Dependencia', que coincide con la reciente aprobación de la reforma de las leyes relacionadas con la dependencia y la discapacidad en el Consejo de Ministros.

El ministro expresó su preocupación por el hecho de que muchas de estas trabajadoras carecen del reconocimiento y la valoración adecuada que merecen por sus contribuciones. Subrayó la necesidad de transformar las condiciones laborales en el sector del cuidado, afirmando que sin ello no se podrá mejorar el sistema de dependencia en el país.

Durante su intervención, Bustinduy presentó estadísticas del Ministerio que evidencian que España está rezagada en comparación con la media de la OCDE en cuanto al número de trabajadoras en este ámbito. Cerca del 90% de estos empleados en el sector son mujeres, y un 70% de ellas son extranjeras, ganando aproximadamente 10.000 euros menos que el salario promedio nacional.

El perfil típico de una trabajadora del cuidado, según Bustinduy, es el de una mujer mayor de 45 años, extranjera y con ingresos precarios, afirmando que esto se asemeja alarmantemente al estereotipo de la pobreza, lo que no debería ser tolerado.

El ministro también hizo hincapié en que la nueva reforma busca mejorar la calidad del empleo dentro de este sector. "Este es el resultado del esfuerzo de una gran cantidad de personas para reformar nuestro modelo de cuidados", afirmó, añadiendo que aunque todavía queda mucho por hacer, esta acción representa un primer paso significativo hacia el cambio.

Por otro lado, las entrevistas realizadas para el estudio presentan un claro tono de resignación entre las trabajadoras, quienes sienten que su labor no recibe el reconocimiento social que debería tener.