
En una decisión contundente, la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, ha declarado este viernes el estado de emergencia en la capital holandesa, acompañado de una prohibición total para la realización de protestas durante el fin de semana. Esta medida se produce tras los violentos enfrentamientos que tuvieron lugar la noche del jueves entre manifestantes propalestinos y seguidores del equipo de fútbol Maccabi Tel Aviv.
Halsema hizo un anuncio firme en una rueda de prensa emitida por el canal AT5, comunicando que tanto Ámsterdam como el municipio de Amstelveen estarán bajo el decreto de emergencia. "Desde hoy, queda prohibido manifestarse, usar vestimenta que cubra el rostro y portar cualquier objeto que pueda poner en riesgo el orden público", afirmó la alcaldesa.
La alcaldesa ha clasificado toda la ciudad como una "zona de riesgo para la seguridad", lo que otorga a la policía nuevas y amplias facultades para intensificar sus operativos de seguridad. Esto incluye la capacidad de realizar registros sin necesidad de un mandato previo, una medida que despierta preocupaciones sobre la erosión de las libertades civiles.
En sus comentarios, Halsema enfatizó que las manifestaciones y protestas son una parte habitual de la vida en la ciudad. Sin embargo, subrayó que los eventos violentos de anoche no pueden clasificarse como una simple protesta. "Lo que presenciamos no es el ejercicio de un derecho cívico, sino un acto criminal", declaró de manera firme. En consecuencia, se ha decidido aumentar la presencia policial, especialmente en áreas que albergan instituciones y organismos considerados "vulnerables" a posibles agresiones.
La alcaldesa no ocultó su consternación ante la situación, expresando su "profunda vergüenza" por los incidentes acaecidos. "Este es un momento muy oscuro para la ciudad", señaló, reflejando la gravedad del deterioro en la convivencia social y la seguridad pública en Ámsterdam.
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