
En medio de una creciente crisis de incendios forestales en España, representantes de los sindicatos UGT y CSIF han expresado su preocupación por la falta de profesionalización en los operativos de prevención y extinción de fuegos. Las llamas que afectan al país este agosto están poniendo de relieve la precariedad de un sistema que, según denuncian, no está adecuadamente preparado para hacer frente a estas emergencias.
Según Sara Mateos, agente medioambiental de Castilla y León y delegada sindical de CSIF, la formación de los responsables de extinción es insuficiente. "A los agentes medioambientales les dan un curso de una semana y, sin experiencia previa en incendios, son enviados a dirigir todas las operaciones", denuncia Mateos, poniendo de manifiesto el riesgo que esto representa en situaciones críticas.
Mateos también se queja de la "horrible precarización" del sistema de prevención en su comunidad, señalando que muchos trabajadores ganan apenas 1.300 euros al mes y están sujetos a contratos temporales que dependen del clima. "Si las temperaturas suben, te aumentan el contrato por quince días. Así es como operamos", afirma con preocupación.
La falta de continuidad en los equipos de trabajo también es un gran problema. Según Mateos, en las cuadrillas de siete personas, "tres o cuatro son nuevos", lo que afecta la eficacia de las operaciones contra incendios. Ella subraya que la experiencia es vital en este tipo de trabajos, y que muchos profesionales no pueden permitirse vivir bajo estas condiciones laborales inestables.
En este contexto, la sindicalista sostiene que la profesionalización del sector es cada vez más difícil, indicando que el nivel de respuesta ante emergencias no es el mismo si los equipos carecen de personal experimentado. "La situación es mucho más complicada ahora", reconoce.
Aunque se focaliza en la situación en Castilla y León, apunta que otras comunidades, como Castilla-La Mancha y Cataluña, han revisado sus estrategias tras grandes incendios. Sin embargo, critica que el operativo de Castilla y León ha sufrido un deterioro notable, evidenciado por la falta de personal en puestos clave durante emergencias recientes. "El otro día, de 17 puestos de vigilancia en León, ocho estaban vacíos", ha lamentado.
Mateos advierte que el operativo de extinción debería ser completamente público y ofrecer estabilidad laboral a sus trabajadores con contratos de todo el año. Añade, además, que es crucial aumentar la capacitación del personal involucrado.
Francisco Javier García Rodríguez, responsable federal de bomberos forestales de UGT, ha respaldado las críticas, afirmando que el sistema está lejos de ser profesional. Destaca que aún no se han iniciado los trámites necesarios para implementar la nueva Ley de bomberos forestales, que fue aprobada en noviembre de 2024 y que contaba con un año para su adaptación.
Pese a que reconoció la simultaneidad de incendios en todo el país, García Rodríguez remarcó la dureza de las jornadas laborales y la escasez de recursos hídricos. "En Palencia, compañeros han tenido que ser evacuados por deshidratación porque no les llegó agua a tiempo. Este problema se repite en muchos lugares", comentó.
También criticó la actitud del consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, quien hizo comentarios jocosos sobre la alimentación en un evento social mientras se producían incendios en la región. "Los bomberos forestales también tenemos derecho a comer, algo que no está sucediendo", concluyó.
Finalmente, García Rodríguez mostró su concerniente por la creciente normalización de la participación de voluntarios en las labores de extinción, señalando el trágico balance de dos muertes en León durante este verano. "Este verano está siendo excepcionalmente complicado en muchos niveles", concluyó.
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