
El expresidente Donald Trump tiene varios frentes judiciales abiertos, pero estos no serán una traba legal para sus aspiraciones de volver a la Casa Blanca, ya que la Constitución estadounidense no establece límites para los candidatos imputados o en prisión. La semana pasada, se presentó una segunda batería de cargos federales contra Trump por almacenar información clasificada en su mansión de Florida. Además, ya había sido imputado por soborno entregado a una exactriz en vísperas de las elecciones de 2016.
Aunque la Constitución establece algunos requisitos para ser presidente, como ser ciudadano por nacimiento, mayor de 35 años y haber vivido al menos 14 años en Estados Unidos, no señala la ausencia de antecedentes penales como criterio. La Vigésimo Segunda Enmienda indica que no puede haber más de dos mandatos para un presidente. Los expertos constitucionales afirman que hay poco margen para añadir nuevos requisitos, y que el Congreso no puede hacerlo.
Incluso si Trump fuera condenado o se adoptaran medidas cautelares en su contra, que limitarían su capacidad de hacer campaña o incluso de votarse a sí mismo, podría ser candidato incluso desde la cárcel. Eugene Debs, candidato por el Partido Socialista en 1920, estaba encarcelado por haberse opuesto a la Primera Guerra Mundial y recibió el 3% de los votos.
El magnate ya ha señalado que no tiene previsto retirarse de la carrera electoral debido a lo que considera una "caza de brujas" por parte de sus rivales políticos. Los delitos que se le imputan por los documentos almacenados podrían suponer una condena de hasta 20 años de cárcel.
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