Olas de calor en Asia Central: marzo registró temperaturas 4ºC superiores por el cambio climático, revela WWA.

En un análisis reciente, se ha informado que la ola de calor que afectó a varios países de Asia Central, incluidos Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán, a finales de marzo, fue significativamente más intensa de lo habitual, con temperaturas promedio alrededor de 4ºC superiores a lo normal. Este fenómeno, que se prolongó durante cinco días, ha sido atribuido por la organización World Weather Attribution (WWA) al influjo del cambio climático.
Aunque los expertos advierten que el impacto del cambio climático podría ser incluso más severo, ya que las proyecciones actuales no capturan cómo marzo se está calentando a un ritmo más acelerado que otros meses del año en esta región, el informe destaca que este evento climático representa el segundo incremento más notable de los 27 episodios de calor evaluados por los investigadores.
Utilizando una combinación de datos meteorológicos y modelos climáticos, se descubrió que las temperaturas en la región superaban en unas impresionantes 10ºC las de la era preindustrial y se encontraban hasta 15ºC por encima de los niveles normales. De acuerdo con los actuales patrones climáticos, se estima que dentro de tres años podríamos experimentar eventos de calor extremo similares en marzo.
Este estudio, que involucra a un equipo de diez investigadores de instituciones académicas y agencias meteorológicas de varios países como Países Bajos, Suecia, Dinamarca, los Estados Unidos y el Reino Unido, también señala preocupaciones sobre las repercusiones que el aumento de las temperaturas podría tener en la agricultura, así como en los glaciares de la región.
Además, el informe subraya que este calor extremo coincidió con los períodos de floración de frutas como almendras, albaricoques y cerezas, así como con la siembra de trigo. Las altas temperaturas pueden resultar en la caída prematura de los cultivos, además de afectar negativamente el rendimiento de las cosechas de trigo, que también enfrentan el desafío adicional de sequías cada vez más frecuentes.
Igualmente, el estudio señala la importancia de la gestión de los ríos que cruzan varias naciones y que dependen del deshielo de la nieve y glaciares locales. La investigación hace hincapié en que una administración adecuada de estos recursos hídricos es crucial para garantizar el acceso al agua y evitar tensiones entre países, dado que el derretimiento de los glaciares vinculado al cambio climático puede poner en peligro el suministro de agua para uso humano, agricultura y generación de energía hidroeléctrica en la región.
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