El Rey rinde homenaje a Vargas Llosa y destaca la "bondad" de Pombo ante la búsqueda de la verdad en tiempos inciertos.

ALCALÁ DE HENARES (MADRID), 23 de abril.
Durante una reciente ceremonia en la Universidad de Alcalá de Henares, el Rey Felipe VI rindió homenaje al destacado escritor y Premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien falleció hace poco. Este tributo se produjo en la entrega del Premio Cervantes a Álvaro Pombo, un autor cuya obra fue caracterizada por el monarca como poseedora de "bondad y claridad", dos cualidades que, según Felipe VI, son esenciales para la sociedad contemporánea en tiempos de constante cambio.
En su discurso, el Rey destacó la importancia de estos valores en un mundo incierto y desafiador, comenzando con su agradecimiento a Alcalá de Henares por ser un espacio que promueve la diversidad y riqueza de la creación literaria en la vasta comunidad hispanohablante. Remarcó las palabras de Carlos Fuentes, quien llamaba a la vasta cultura hispánica como "el más grande país del mundo".
“Los principios que mencionamos—claridad, bondad y verdad—deben iluminar nuestro camino en esta búsqueda constante”, sostuvo Felipe VI, recordando que los desafíos actuales requieren de claridad en el pensamiento y bondad en las acciones. Las inquietudes de la sociedad actual hacen que estos valores sean más relevantes que nunca.
El Rey consideró el Premio Cervantes otorgado a Pombo como un reconocimiento merecido, enfatizando que su extensa obra, que abarca poesía, novela y ensayos como 'La ficción suprema. Asalto a la idea de Dios', es de gran beneficio para la sociedad.
A lo largo de su intervención, Felipe VI se detuvo en el concepto de "bondad" en el trabajo de Pombo, señalando que este enfoque es notoriamente "sorprendente" al contrastar con otras corrientes literarias que tienden a explorar la maldad. “Quizás Cervantes sirva como modelo aquí, ya que su caballero andante luchaba por la justicia y ayudaba a los vulnerables", añadió.
También evocó el legado de Vargas Llosa, quien había hablado sobre la bondad al recibir el Premio Cervantes en 1994, recordando cómo el autor peruano describió a Don Quijote como un "ser moralmente superior", inmerso en ideales noblemente quijotescos a pesar de sus desventuras.
Por otro lado, el Rey subrayó que Pombo aborda la maldad desde una perspectiva de fracaso, destacando que en su obra no hay nada grandioso en ella; en contraste, la bondad brilla como algo extraordinario. “Su apariencia refleja el espíritu quijotesco que la edad ha acentuado”, bromeó el monarca, aludiendo a la singularidad del autor cántabro.
El Rey además conversó sobre la búsqueda de la verdad en la obra de Pombo, recordando su discurso en la RAE titulado 'Verosimilitud y verdad'. Se refirió a la trasversalidad del tema de la verdad, que Pombo unió con su formación en Filosofía, una carrera que estudió tanto en Madrid como en Londres, lo que le permitió integrar diferentes corrientes filosóficas.
Por último, Felipe VI resaltó la imprevisibilidad en las novelas de Pombo, considerando que su enfoque en la búsqueda de la verdad es fundamental para comprender no solo a los demás, sino también a uno mismo. "Hasta que no comprendamos, será complicado juzgar. La Filosofía, a menudo, tiende a elevarse demasiado hacia la abstracción", concluyó el Rey, dejando una invitación a la reflexión sobre la importancia de la comprensión en la sociedad actual.
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