Crónica España.

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El público del Teatro Real aplaude la actuación cómica de Wagner en la maratón de 'Los maestros cantores'

El público del Teatro Real aplaude la actuación cómica de Wagner en la maratón de 'Los maestros cantores'

En una mágica noche, la ópera 'Los maestros cantores', dirigida por Pablo Heras-Casado y Laurent Pelly, regresó al Teatro Real luego de 23 años de ausencia. La extraordinaria producción se destacó por su reflexión sobre el arte en la sociedad y la libertad del artista, desafiando las normas convencionales.

La ovación del público tras la larga y brillante representación duró más de cinco minutos, con constantes aplausos y gritos de 'bravo'. El director musical, Heras-Casado, y los talentosos músicos en el foso encantaron a todos desde el inicio de cada acto, creando momentos memorables sin precedentes.

Richard Wagner sorprendió a todos con 'Los maestros cantores de Núremberg', una comedia costumbrista inesperada que, a pesar de su historia controversial, resurge como una obra cultural que celebra la identidad alemana. Las frases finales entonadas por los personajes principales resonaron con fuerza en el teatro, reafirmando la importancia del arte alemán.

La trama se desarrolla en Núremberg, durante un día en el siglo XVI, con personajes como Walther von Stolzing, interpretado por Tomislav Muzek, en busca de ganar un concurso de canto auspiciado por el orfebre Pogner. Todo ello bajo la tutela de Hans Sachs, magistralmente interpretado por Gerard Finley, en una lucha por la libertad artística frente a reglas obsoletas.

Wagner utiliza la música y el coro como herramientas clave en 'Los maestros cantores', creando un ambiente de unidad y disensión en la comunidad que refleja la complejidad de la trama. El humor y la sátira se entrelazan para desafiar las convenciones tradicionales y abrir paso a la innovación artística.

Esta producción única de 'Los maestros cantores de Núremberg' en el Teatro Real promete cautivar al público durante nueve funciones, mostrando la genialidad de un elenco de 230 artistas y la inclusión del emblemático arpa de Beckmesser, una pieza histórica prestada por el Festival de Bayreuth. Una experiencia que trasciende el tiempo y nos invita a reflexionar sobre la esencia del arte y la libertad creativa.