
ROMA, 1 de diciembre. En un reciente pronunciamiento, el Papa Francisco ha instado a la comunidad internacional a movilizar ayuda humanitaria hacia Gaza, al tiempo que ha reiterado su profundo "dolor" por las devastadoras consecuencias del conflicto en Ucrania.
Durante el ángelus del domingo, el Pontífice expresó su "preocupación y dolor" por la guerra en Ucrania, describiendo la situación actual como "una secuencia de muerte, violencia y destrucción". En esta lucha, los más vulnerables son quienes más sufren, especialmente con la llegada del invierno, que añade más retos a su ya precaria situación.
El Santo Padre advirtió que los próximos meses implicarán grandes dificultades, dado el inminente cruce entre "guerra y frío". En sus palabras, subrayó que "la guerra ofende a Dios y a la humanidad porque es un fracaso" que afecta a todos, pero que golpea con mayor dureza a los inocentes.
Asimismo, Francisco recordó la conmemoración del 40 aniversario del tratado de amistad y paz entre Chile y Argentina, negociado con la mediación de la Santa Sede, y abogó por continuar en la senda del entendimiento y la paz.
El Pontífice también celebró el reciente alto al fuego en el Líbano, destacando que esto envía un mensaje de esperanza a todas las regiones afectadas, para que "todos puedan volver a casa" bajo la protección de las fuerzas de paz. A su vez, hizo un llamado a los políticos libaneses para que procedan a la elección de un nuevo presidente y restauren el papel de sus instituciones en la "defensa pacífica entre las diferentes religiones".
En su mensaje, el Papa exhortó a la comunidad global a asumir un compromiso renovado por el diálogo y a ofrecer "una esperanza concreta" a quienes más lo necesitan. "No nos cansemos de rezar por esta población tan duramente probada para pedir el don de la paz", pidió con fervor tras el rezo del ángelus, rodeado de los fieles en la Plaza San Pedro.
En su análisis del primer domingo de Adviento, el Papa reflexionó sobre la llamada de Jesús a esperar "vigilantes la venida del Hijo del hombre". Francisco destacó que "la invitación de Jesús es esta: levantar la cabeza hacia lo alto y tener el corazón ligero y despierto", sugiriendo que esta disposición puede transformar nuestras realidades difíciles.
El Pontífice interpretó que ante aquellos que viven con el corazón cargado por el miedo, Jesús busca liberarlos de las angustias actuales y de las falsas convicciones. Instó a comprender cómo estar en guardia en el corazón y a leer los eventos desde la perspectiva divina, que también actúa en los momentos más oscuros de la historia.
Francisco hizo hincapié en que "todos nosotros, en tantos momentos de la vida, nos preguntamos: ¿cómo hacer para tener un corazón 'ligero'? ¿Un corazón que no se deja aplastar por la tristeza, que es una carga tremenda?"
El Papa señaló que, en ocasiones, las ansias, miedos y preocupaciones, ya sean personales o a nivel mundial, pueden pesar como rocas sobre nuestros corazones, generando desánimo. Por ello, recomendado por el propio Francisco, debemos levantar la mirada y confiar en el amor de Jesús, quien desea salvarnos y se acerca a nosotros en cada situación. Así, nos invita a crear espacio para recuperar la esperanza.
En su conclusión, el Papa deseó que este tiempo de Adviento sea una valiosa oportunidad para que todos podamos elevar nuestra mirada hacia Él, que aligera el corazón y nos acompaña en nuestro caminar por la vida.
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