El Manchester City y el Inter de Milán se enfrentan en la final de la Liga de Campeones en Estambul. El estilo del City es el del fútbol total, dominador y preciosista, mientras que el Inter juega con una sólida defensa y fortaleza. Será la cuarta final para Pep Guardiola, que ganó dos Ligas de Campeones, y esta es su gran oportunidad.

El City tiene muchos argumentos que lo acercan al trofeo que nunca ha ganado. Han generado 42 ocasiones claras en los 12 partidos antes de la final, con una posesión media del 60%. Han dado un total de 2334 pases en el último tercio, provocando casi 16 remates por partido, por los 12,7 del Inter.

Desde la llegada de Guardiola, el City domina todos los aspectos tácticos, cuidando el balón, pero con profundidad capaz de ahogar al rival. Generan de media 32 acciones en el área rival para rematar a puerta 7,3 veces por encuentro. Además, tienen una presión de alta intensidad tras pérdida, lo que les permite robar 16,3 veces por partido en el campo rival.

El Inter de Milán, por otro lado, tiene un equipo solidario, comprometido y capaz de sacar el máximo partido a sus ventajas. Residen en su solidez defensiva, demostrada por las 8 porterías a cero en los 12 encuentros disputados.

El equipo italiano presume de su esfuerzo en tareas defensivas con 114 intercepciones a los disparos de sus rivales en Champions. Un estilo más directo y pragmático que intentará neutralizar el dominio y superioridad del City que parece abrumadora.