Crónica España.

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Culturalistas como Carolina Yuste y Juan Diego Botto firman manifiesto en oposición al plan de militarización.

Culturalistas como Carolina Yuste y Juan Diego Botto firman manifiesto en oposición al plan de militarización.

En un acto que tuvo lugar en las puertas del Congreso, los reconocidos actores Juan Diego Botto y Carolina Yuste hicieron oficial un manifiesto que ha captado la atención de casi 850 grupos sociales y figuras culturales destacadas. Esta protesta surge en respuesta al ambicioso plan de rearme propuesto por la Comisión Europea y ha logrado el respaldo de partidos políticos como Sumar, Bildu, Podemos y BNG.

Entre los firmantes de esta convocatoria se encuentran reconocidos intérpretes del cine y la televisión como Alberto San Juan, Ana Turpin, y Guillermo Toledo, así como personalidades del ámbito literario y musical, entre ellos el cineasta Montxo Armendáriz y el cantautor Marwan, mostrando una unidad en la crítica hacia la militarización europea.

El acto sirvió de plataforma para que Botto y Yuste presentaran un documento titulado 'No nos resignamos al rearme y a la guerra en Europa'. En este manifiesto, los actores argumentan que, en lugar de aumentar el gasto militar, Europa debería centrarse en garantizar servicios públicos esenciales como la sanidad y la educación, así como en ofrecer vivienda accesible para la juventud y asegurar pensiones adecuadas para los jubilados.

El manifiesto se adentra en la preocupación de que el aumento de la inversión militar no contribuya a la paz. En sus palabras, se cuestiona cómo este gasto en armamento puede ofrecer un futuro pacífico para las próximas generaciones. El texto enfatiza la falta de transparencia y debate acerca del gasto militar, sugiriendo que los gobiernos europeos están actuando con una prisa alarmante.

Además, los firmantes plantean interrogantes sobre la dirección de esos recursos financieros, sugiriendo que inversiones en educación y salud son mucho más beneficiosas para la sociedad que la compra de material militar. Esta perspectiva invita a repensar las estrategias diplomáticas y políticas en lugar de optar por medidas bélicas.

El manifiesto también denuncia un ambiente de tensión creciente, señalando que los contextos militaristas conllevan retrocesos en derechos y libertades, así como el surgimiento de políticas represivas. Preocupan las implicaciones sociales negativas que acompaña un enfoque militar, que puede desembocar en miedo y autoritarismo.

Como parte de su argumentación, el documento recuerda el compromiso histórico de la ciudadanía española con la paz, aludiendo a masivas manifestaciones en contra de guerras impulsadas por gobiernos anteriores y el rechazo a la pertenencia de España en la OTAN.

Los autores del manifiesto critican las intenciones de aumentar el presupuesto militar europeo a 800.000 millones de euros en un periodo de cuatro años, enfatizando que este proceso está diseñado para eludir el debate público. Esta situación plantea serias dudas sobre la rendición de cuentas a la que los ciudadanos europeos deberían tener acceso.

Los firmantes subrayan que los recursos destinados a armamento militar deberían ser invertidos en servicios públicos que garantizan la verdadera seguridad de la ciudadanía, como salud, educación y protección social. Ellos defienden que estas áreas son clave para construir una sociedad más equitativa y justa.

Finalmente, el manifiesto apela a la necesidad de crear un clima de paz y bienestar social, criticando que las decisiones sobre conflictos bélicos se tomen sin tener en cuenta las consecuencias en la población. Los actores concluyen con un firme mensaje contra la resignación ante la guerra, instando a un enfoque político hacia la paz y un compromiso real en la búsqueda de soluciones pacíficas a los desafíos actuales.