El régimen de Corea del Norte ha anunciado recientemente la realización de un lanzamiento de misiles de crucero estratégicos en el mar Amarillo, justo un día antes de la llegada del presidente Donald Trump a Corea del Sur. Este acto se inscribe dentro de un contexto de tensiones prolongadas en la península coreana y llama la atención sobre las políticas bélicas del país comunista.

La Administración de Misiles de Corea del Norte reportó que la prueba se llevó a cabo el martes, asegurando que los misiles fueron lanzados verticalmente y lograron mantenerse en vuelo por más de 7.800 segundos antes de alcanzar su objetivo, tal como informó la agencia estatal KCNA. Este tipo de demostraciones subraya la voluntad del país de fortalecer su capacidad militar, en un momento crítico a nivel geopolítico.

Pak Jong Chon, un alto cargo del Partido del Trabajo de Corea, se pronunció sobre el éxito del lanzamiento, afirmando que el país avanza en sus objetivos relacionados con la disuasión nuclear. Según él, estas pruebas son un reflejo de la determinación del régimen de ampliar su alcance bélico y estar preparado para cualquier eventualidad.

Además, Pak añadió que dicha acción representa un desarrollo de las capacidades bélicas del país, subrayando la importancia de evaluar continuamente la fiabilidad de sus armamentos estratégicos. En su opinión, estas pruebas no solo son una muestra de poder hacia el exterior, sino también una demostración de responsabilidad en la gestión de su arsenal.

Es relevante mencionar que el lanzamiento de esta semana se produce poco después de que Pyongyang realizara pruebas de misiles hipersónicos. Este tipo de proyectiles, que se dispararon la semana pasada después de un largo paréntesis de cinco meses, coincide con un periodo en que las relaciones intercoreanas han estado en un delicado estado de equilibrio, especialmente tras la elección del nuevo presidente surcoreano, Lee Jae Myung, quien ha mostrado interés en un diálogo más cercano con el norte.