Crónica España.

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Cautela entre productores de 'true crime' ante propuesta de ley para silenciar a asesinos de violencia vicaria.

Cautela entre productores de 'true crime' ante propuesta de ley para silenciar a asesinos de violencia vicaria.

El reciente debate en torno al libro ‘El odio’, escrito por Luisgé Martín y centrado en el caso de José Bretón, ha generado críticas contundentes entre figuras del mundo del true crime, quienes consideran que la situación debe ser abordada con más delicadeza. Durante un curso sobre este género en San Lorenzo de El Escorial, los guionistas Carles Porta y David Oriol expresaron sus preocupaciones sobre la posibilidad de que el Ministerio de Igualdad impulse reformas en el Código Penal que restrinjan la capacidad de asesinos, particularmente aquellos involucrados en violencia vicaria, para compartir sus historias con los medios.

Porta advirtió que legislar de manera específica en relación a casos concretos podría traer consecuencias negativas. Por su parte, Oriol reconoció la necesidad de una regulación, aunque enfatizó que esto podría limitar las fuentes de información para quienes crean contenido sobre crímenes reales. “Es un tema complicado. Al no darle voz a estos criminales, también estamos dejando de lado aspectos relevantes del caso”, afirmó Oriol, sugiriendo que es fundamental contar con la opinión de expertos para decidir cuándo es apropiado incluir las voces de los infractores.

Ambos creadores resaltaron la falta de lógica en la diferenciación que propone Igualdad entre los diversos tipos de asesinatos y pidieron una aplicación de sentido común en el manejo del tema. Porta destacó que vivimos en un entorno donde la información tiende a ser altamente emotiva, pidiendo que la justicia y la percepción pública sean guiadas más por la racionalidad que por impulsos inmediatos.

En cuanto a lo que se puede aprender del tipo de contenidos que emergen en el ámbito del true crime, Oriol sostuvo que las leyes existentes están rezagadas respecto a nuevas formas de narración. Tomando como referencia el caso de Bretón, apuntó a la necesidad de un marco legal que no solo delimite los actos de los perpetradores, sino también brinde a las víctimas el respeto y la protección que merecen, sugiriendo que algunas publicaciones podrían perpetuar el daño y la violencia ya sufridas.

Sin embargo, Porta dejó claro que la obra de Luisgé Martín, aunque omite la voz de la víctima, no cae en lo ilegal. “Siempre actuaré con la misma ética que me ha caracterizado. No se puede legislar sobre los errores que cometen aquellos que no tienen en cuenta a las víctimas”, explicó, enfatizando que el verdadero problema radica en la falta de sensibilidad hacia el sufrimiento de quienes han sido heridos en tales tragedias.