En un desarrollo reciente que podría intensificar las tensiones en la región, el gobierno de Ucrania ha declarado haber llevado a cabo un ataque con drones sobre la importante refinería de petróleo de Novokuibishevsk, situada a aproximadamente 800 kilómetros de la frontera con Ucrania. Esta instalación es considerada vital para el suministro de combustible del Ejército ruso durante la invasión en curso.

Andrei Kovalenko, director del centro contra la desinformación del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, anunció el ataque a través de su canal en Telegram, subrayando que la refinería es una de las diez más grandes del país. La planta tiene una capacidad de producción de 8,8 millones de toneladas de petróleo anuales y es capaz de generar una extensa variedad de productos refinados que son utilizados tanto para el transporte como para operaciones militares.

El representante ucraniano destacó la importancia estratégica de la refinería para el Ejército ruso, ya que asegura el suministro necesario para el funcionamiento de sus operaciones bélicas. Este tipo de instalaciones tiene un rol crucial en la logística de guerra, lo que convierte su neutralización en un objetivo significativo para las fuerzas ucranianas.

A pesar de las afirmaciones ucranianas sobre el ataque, el gobernador de la región de Samara, Viacheslav Fedorischev, ha contradicho estas informaciones desde sus plataformas sociales, asegurando que la refinería no ha sufrido daños significativos y que el ataque no ha logrado su cometido.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia ha indicado que su sistema de defensa aérea logró interceptar cerca de diez drones ucranianos durante la noche, de los cuales tres fueron derribados específicamente en la misma región de Samara. Este intercambio de declaraciones resalta la complejidad de la situación y el continuo riesgo que presenta el conflicto en la zona.