El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado su gira por Oriente Próximo con una visita a Arabia Saudí, marcando el primer destino de un viaje que también lo llevará a Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Este tour, que se extiende por cuatro días, tiene como objetivo establecer y fortalecer acuerdos económicos con estas naciones clave en la región.

Trump llegó a Riad, donde fue recibido en el aeropuerto por una figura prominente del reino, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, quien se desempeña como el ministro de Defensa. Después de descender del Air Force One, ambos líderes se saludaron cordialmente y fueron acompañados en una ceremonia oficial que incluyó una alfombra morada y una guardia de honor.

La comitiva estadounidense que acompaña al presidente no es menos notable, ya que incluye a destacados funcionarios como el secretario de Estado, Marco Rubio, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y otros secretarios de Tesoro y Comercio. Esta delegación, según imágenes proporcionadas por la Casa Blanca, refleja la importancia de las relaciones bilaterales que buscan consolidar durante este viaje.

Este viaje representa la segunda ocasión en que Trump sale al extranjero desde su regreso a la Casa Blanca en enero; su primer destino fuera del país fue Roma, donde asistió al funeral del Papa Francisco. La atención ahora se centra en los acuerdos que pueda alcanzar durante su estancia en Arabia Saudí y en sus siguientes paradas.

Sin embargo, el viaje de Trump también ha suscitado controversia en su país natal, especialmente por la decisión de utilizar un lujoso avión Boeing 747-800 como nuevo medio de transporte presidencial. Esta elección ha generado críticas, incluso entre algunos aliados del presidente, lo que añade una capa de presión a esta visita internacional.