Madrid, 26 de septiembre.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado una nueva iniciativa destinada a combatir la violencia política en el país. Este anuncio llega como una respuesta directa al trágico asesinato del comentarista ultraconservador Charlie Kirk el 10 de septiembre, un evento que Trump ha calificado como un "crimen contra la nación".

Un memorando emitido por la Casa Blanca detalla que un nuevo "Grupo de Trabajo Conjunto Nacional contra el Terrorismo" (GTC) será encargado de implementar una estrategia completa para desmantelar organizaciones e individuos que perpetúen la violencia política y la intimidación, actos que buscan socavar la actividad política legítima y desafiar el Estado de derecho.

Entre sus funciones, este grupo realizará investigaciones sobre posibles delitos federales y enfocará su atención en aquellos que financien o apoyen organizaciones implicadas en comportamientos violentos. Esto incluye tanto a individuos como a entidades que tengan participación en estos actos delictivos.

El enfoque también se extenderá a organizaciones no gubernamentales y a ciudadanos estadounidenses que operen en el extranjero o tengan vínculos con gobiernos extranjeros, así como a aquellos que puedan estar implicados en actividades de lavado de dinero para financiar entidades que respaldan el terrorismo interno.

La fiscal general Pam Bondi y la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem estarán al frente de esta iniciativa, declarando que combatir el "terrorismo doméstico" será una de sus principales prioridades. Están diseñando programas de subvenciones para equipar a las fuerzas del orden en la detección y prevención de amenazas en este ámbito.

Este anuncio se produce en un contexto más amplio de tensión política, donde Trump ha calificado al movimiento antifascista, conocido como "Antifa", como una "organización terrorista nacional". El presidente ha manifestado que este grupo aboga abiertamente por la desestabilización del gobierno estadounidense, a pesar de la falta de una jerarquía clara dentro de sus estructuras.

Además, Trump ha vinculado directamente a la "izquierda radical" con el asesinato de Kirk y un reciente tiroteo en un centro de migrantes en Dallas, sugiriendo que esto podría provocar reacciones violentas por parte de la derecha. "Más vale que no les provoquen", expresó el mandatario, advirtiendo sobre las posibles consecuencias de la violencia política.

Trump ha argumentado que "las cosas malas suceden cuando se juegan estos juegos" y ha defendido que la firmeza de la derecha supera a la de la izquierda, afirmando que los activistas de la izquierda son "personas con muy bajo coeficiente intelectual" y que están "fuera de control".