
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece estar firme en su decisión de establecer un impuesto mínimo del 15% al 20% sobre productos importados desde la Unión Europea (UE). Esta información ha sido corroborada por diversas fuentes que han conversado con el 'Financial Times', quienes indican que Trump promediaría este gravamen en cualquier acuerdo comercial que se alcance con el bloque europeo.
Además, se ha revelado que el presidente no se ha mostrado interesado en la reciente oferta de la UE para reducir los aranceles en el sector automotriz. De hecho, está considerando mantener los aranceles en un 25%, lo que indicaría su determinación de no conceder ventajas en este ámbito, según declaraciones de un funcionario de la Administración estadounidense al medio británico.
En el contexto de las negociaciones, se sugiere que Estados Unidos podría establecer un arancel recíproco superior al 10%, incluso si se logra un acuerdo con la UE. Esta estrategia es vista como un intento de Trump por explicar su postura en las negociaciones, donde parecería que no hay un interés real en relajarse en términos de tarifas comerciales.
Por su parte, Maros Sefcovic, comisario de Comercio de la UE, ha compartido un panorama desalentador respecto a las conversaciones llevadas a cabo en Washington durante un encuentro con embajadores europeos. Su evaluación deja entrever que las posibilidades de un acuerdo satisfactorio han disminuido significativamente.
Esta postura contundente de Trump busca generar presión sobre la UE, justo cuando se acerca la fecha límite del 1 de agosto. Es en este periodo cuando el presidente estadounidense ha amenazado con implementar un arancel del 30% sobre todas las importaciones desde Europa, una medida que podría complicar aún más la situación.
La UE, aunque ha manifestado su intención de tomar represalias, se encuentra ante un dilema al respecto. Existe una división interna sobre la adopción de contramedidas, y podría verse obligada a aceptar un arancel base superior al 10% en el marco de cualquier posible acuerdo.
Si Trump persiste en su propuesta de aranceles recíprocos en la franja del 15% al 20%, se estarían aplicando tarifas tan altas como las iniciales al comienzo de las negociaciones comerciales en abril. Además, Estados Unidos ya ha impuesto tarifas del 50% sobre acero y aluminio provenientes de la UE.
La UE ha delineado varios paquetes de contramedidas, aunque ha ido retrasando su implementación, condicionándola a la última fecha límite establecida por Trump para alcanzar un acuerdo, que es el 1 de agosto.
Entre las represalias que se barajan, se contemplan aranceles sobre importaciones estadounidenses valoradas en 21.000 millones de euros, que afectarían artículos como pollo y vaqueros, con un potencial inicio de vigencia el 6 de agosto. En caso de que las negociaciones fracasen, la Comisión Europea ha sugerido represalias que abarcarían hasta 72.000 millones de euros en importaciones, incluyendo productos emblemáticos como los aviones Boeing y el bourbon.
Además, se está elaborando una tercera lista que incluiría medidas dirigidas a servicios, que podría imponer gravámenes sobre los servicios digitales y la publicidad en línea. Esto aclara el panorama del impacto que las tarifas estadounidenses están teniendo, afectando exportaciones anuales de la UE que ascienden a 380.000 millones de euros, un segmento crítico del comercio bilateral donde Estados Unidos representa aproximadamente una quinta parte de las exportaciones del bloque.
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