Un trágico suceso ha sacudido la provincia afgana de Herat, dejando un saldo desolador de muerte y destrucción. Según las autoridades talibanes, al menos 2.530 personas han perdido la vida y otras 9.240 han resultado heridas como consecuencia de una cadena de terremotos. Esta catástrofe se ha convertido en una de las peores que ha enfrentado el país en las últimas dos décadas.

Los terremotos, que tuvieron lugar el pasado sábado, fueron una serie de al menos cuatro seísmos con magnitudes preliminares que oscilaban entre 5,5 y 6,3. Estos movimientos sísmicos se registraron en un radio de aproximadamente 50 kilómetros de la provincia, pero se sintieron especialmente en el municipio de Zendejan, una localidad de alrededor de 10.000 habitantes ubicada en el valle del río Hari Rud.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), los cuatro terremotos sacudieron la región en el espacio de solo una hora. Los dos más destacados, ambos de magnitud 6,3, ocurrieron a unos 33 kilómetros al noreste de Zendejan, con un hipocentro situado respectivamente a 14 y 10 kilómetros de profundidad. Además, se produjo un tercer seísmo de magnitud 5,5 a 29 kilómetros de la población.

El último terremoto, de magnitud 5,9, fue registrado a 35 kilómetros de la ciudad de Herat, con un hipocentro a 7,7 kilómetros de profundidad.

El portavoz del Ministerio de Gestión de Desastres, Janan Faiq, ha dado a conocer el balance de esta tragedia. Según Faiq, la mayor parte de los daños se concentran en 13 poblaciones de Zendejan, donde más de 1.300 viviendas han quedado completamente destruidas. Estos datos se dieron a conocer durante una rueda de prensa recogida por Tolo News.

Ante esta devastación, el principal portavoz de los talibanes, Zabiulá Muyahid, ha anunciado la movilización urgente de un amplio despliegue de efectivos de rescate para hacer frente a los efectos de esta cadena de terremotos.