En un giro reciente de los acontecimientos diplomáticos, el Ministerio de Exteriores ruso ha tomado la decisión de convocar al embajador japonés, A. Muto, en respuesta a unas recientes maniobras militares que han sido realizadas con fuego real a poca distancia de la frontera de Rusia, las cuales han sido etiquetadas como una amenaza para la seguridad de los ciudadanos y el transporte en la región.

Desde la cartera de Relaciones Exteriores rusa se ha manifestado que este tipo de operaciones, llevadas a cabo sin los debidos avisos, representan una violación clara de las normativas internacionales. Tal comportamiento genera riesgos inminentes tanto para el transporte como para la vida de los ciudadanos rusos, según se expone en un comunicado oficial.

En un tono contundente, el comunicado define como "inaceptables" los disparos efectuados desde un barco de las fuerzas de seguridad de Japón, realizados a una distancia de 18,5 kilómetros al noreste de Hokkaido sin previo aviso y sin informar a las embarcaciones extranjeras en la zona.

Ante esta situación, Moscú ha exigido al gobierno japonés que proporcione una respuesta adecuada sobre lo sucedido, al tiempo que se solicitan medidas exhaustivas que aseguren que este tipo de episodios no vuelvan a ocurrir en el futuro.

Adicionalmente, el Ministerio ha señalado que las relaciones entre las dos naciones han sufrido un "deterioro" significativo, alcanzando niveles críticas que no se habían observado antes. Asimismo, han indicado que el restablecimiento del diálogo dependerá de la "retirada" de estas acciones que consideran "hostiles" por parte de Japón.