Protestas en Abjasia: manifestantes irrumpen en el Parlamento exigiendo la renuncia del presidente Bzhania.
La oposición política ha manifestado su descontento al afirmar que el reciente acuerdo orientado a atraer inversiones rusas está motivado por presiones ejercidas directamente desde Moscú. Esta declaración ha resuena con fuerza en un clima de tensión que se vive en Abjasia, la república no reconocida que mantiene lazos estrechos con Rusia.
Este viernes, un grupo de manifestantes, convocados por sectores de la oposición, ha irrumpido en el Parlamento de Abjasia en un intento de detener la ratificación de una ley que facilitaría la llegada de capitales rusos a la región. Este acto ha desatado confrontaciones con las fuerzas de seguridad en las afueras de la Asamblea, lo que ha llevado al presidente de la cámara, Lasha Ashuba, a suspender la sesión prevista.
Los manifestantes, una vez dentro de las instalaciones del Parlamento, han rechazado abandonar el edificio hasta que el presidente Abjasio, Aslan Bzhania, presente su dimisión. Diversos medios han informado que algunos de los protestantes también habrían tomado la sede del Gobierno, intensificando aún más la situación de inestabilidad.
El líder opositor, Levan Mikaa, ha declarado con firmeza ante sus seguidores: "Aquí nos quedamos todos, nadie se va, estamos esperando la decisión sobre la renuncia del presidente Bzhania", según reportes del diario 'Nuzhnaya Gazeta'. Estas declaraciones reflejan la determinación de los manifestantes de forzar un cambio en el liderazgo local.
Previamente al asalto, un grupo de personas colisionó una camioneta contra una de las barreras que resguardan el Parlamento, lo que provocó que los guardias de seguridad emplearan gases lacrimógenos para dispersar a la multitud descontrolada.
La oposición ha manifestado su rechazo al mencionado acuerdo, que contempla la concesión de varios proyectos de inversión a entidades rusas en el territorio, un año después de que las autoridades locales accedieran a establecer una base militar rusa en Ochamchira, situada a orillas del mar Negro. Estas decisiones han suscitado la preocupación de muchos, quienes advierten sobre un marcado aumento de la influencia de Moscú en la región.
Los opositores han argumentado que la legislación en debate es el resultado de presiones directas de Moscú, que anteriormente había suspendido varias subvenciones a Abjasia. Para enfrentar la crisis política actual, han decidido constituir un consejo de coordinación que busca un camino hacia la estabilidad interna.
Ante este agravamiento de la tensión, el presidente Bzhania ha informado que está evaluando el procedimiento para anular el acuerdo de inversión, buscando así soluciones dentro del marco legislativo para restaurar la calma en el contexto político abjasio.
Desde Rusia, el Gobierno ha expresado su "preocupación" por la evolución de los acontecimientos y ha instado a las partes involucradas a resolver sus diferencias por medios pacíficos y políticos, una posición que resalta el interés de Moscú en mantener su influencia en la región.
Es relevante recordar que en 2008, Georgia y Rusia protagonizaron un breve conflicto bélico por el control de Osetia del Sur y Abjasia. Al final de esa contienda, Moscú reconoció la independencia de estas regiones, aunque la gran mayoría de la comunidad internacional no ha seguido su ejemplo, manteniendo su posición de que ambas áreas son parte del territorio georgiano.
En la actualidad, la seguridad en Abjasia está garantizada por fuerzas rusas y abjasias, con miembros del Servicio Federal de Seguridad de Rusia encargados de proteger el área fronteriza, lo que resalta la continua militarización y el control ejercido por Moscú.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, ha hecho eco en varias ocasiones sobre los intentos rusos de anexar territorios que pertenecen a Georgia, indicando que la situación en la región separatista sigue siendo delicada y potencialmente volátil.
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