En Madrid, el proximo martes, los expertos en salud mental, el psiquiatra José Cabrera y el psicólogo José Capote, comparecerán ante la justicia para aportar luz sobre el caso de la actriz Elisa Mouliaá. Esta comparecencia se produce en el marco de la investigación del exdiputado Íñigo Errejón, quien enfrenta acusaciones por un supuesto delito de agresión sexual.

El juez Adolfo Carretero estará a la espera de los dos profesionales, quienes deben validar sus informes médicos donde se indica que Mouliaá experimentó un "abuso inesperado" y un "ataque a su intimidad" en relación a la actitud de Errejón.

Uno de los informes, elaborado por Cabrera, destaca que la actriz sufrió un "trastorno por estrés postraumático", explicando que este tipo de trastorno es "impredecible" y podría dejar secuelas duraderas en la salud mental de la víctima.

El experto enfatiza que la actriz vivió una situación de "abuso" que impactó profundamente su bienestar psicológico. Dicho informe se basa en varias entrevistas realizadas entre enero y febrero de este año, así como en el análisis de documentos vinculados al caso.

El equipo legal que representa a Mouliaá considera que estos informes serán esenciales para entender su estado emocional durante los eventos que están bajo investigación, en un caso que ha capturado la atención de los medios de comunicación.

Estos procedimientos judiciales se desarrollan tras el testimonio de Soraya, una de las organizadoras de la fiesta donde, supuestamente, tuvo lugar la agresión. Soraya declaró ante el juez que Mouliaá llegó a manifestarle que lo sucedido con Errejón no constituía un delito en ese momento.

Según Soraya, Mouliaá hizo esa afirmación a través de un mensaje de audio, el cual ha sido solicitado por el juez. La actriz decidió presentar la denuncia después de informarse sobre casos similares y creía que los hechos podrían ser procesados bajo la reciente legislación de "solo sí es sí", sintiendo un "deber moral" de proceder al respecto.

El mismo día, el juez también interrogó a Borja, otro organizador de la fiesta, quien actualmente vive en Australia. Borja y Mouliaá habrían distanciado sus caminos tras su divorcio, pues él era amigo de su exmarido.

Borja manifestó que se puso en contacto con Errejón al enterarse de las acusaciones, considerando que era injusto lo que se alegaba en su contra. Mencionó que había mantenido múltiples conversaciones con el exdiputado.

En una de estas conversaciones, Borja preguntó a Errejón sobre el desarrollo del juicio, buscando información práctica sobre el proceso. También declaró que, en su opinión, Mouliaá no parecía afectada esa noche y no vio comportamientos extraños entre ellos durante el evento, señalando que no había pestillos en la casa.

Hugo, otro testigo presente en la fiesta, indicó que no notó a Mouliaá bajo el efecto del alcohol, no recordando haberla visto con una copa en la mano. Después del evento, pudo percibir que se marchaban con normalidad, aunque mencionó que ella le envió algunos mensajes que decidió ignorar.