El Ejército de Malí llevó a cabo una operación militar el domingo en la que mató a cerca de 20 supuestos terroristas en defensa de la integridad territorial y en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, rebeldes y fuentes locales señalan que entre los fallecidos también hay víctimas civiles, incluyendo una decena de niños.

Las Fuerzas Armadas (FAMa) realizaron una misión de reconocimiento ofensivo en la localidad de Tinzauatene, al norte del país y cerca de la frontera con Argelia, donde identificaron vehículos cargados de material bélico. Tras una serie de ataques, lograron destruir los objetivos terroristas y neutralizar a los individuos armados, reafirmando su compromiso de proteger a las personas y los bienes en todo el territorio nacional.

Las FAMa aseguran estar actuando con mayor precisión y eficacia para crear las condiciones necesarias para un rápido retorno a la estabilidad y la paz inclusiva.

Sin embargo, ONG de Derechos Humanos informaron que las víctimas de los ataques con drones eran civiles desarmados, incluyendo al director de una farmacia y a 26 personas inocentes, entre ellos once niños desplazados. Además, señalaron daños materiales considerables como resultado de los ataques dirigidos contra la farmacia y reuniones.

La violencia en Malí y en los países del Sahel ha aumentado, tanto por grupos yihadistas como por conflictos intercomunitarios, a pesar de las denuncias de abusos por parte del Ejército y mercenarios desplegados en apoyo a Bamako. La creación de la Alianza de Estados del Sahel por parte de Malí, Burkina Faso y Níger busca aumentar la cooperación en la lucha contra el terrorismo, al margen de la CEDEAO, debido a las sanciones impuestas por los golpes de Estado ocurridos entre 2020 y 2023 que derrocaron a presidentes electos.