El presidente francés, Emmanuel Macron, ha hecho un llamado a los partidos políticos del país, instándolos a "asumir sus responsabilidades" ante la inminente crisis que podría desestabilizar tanto el escenario político como la economía nacional. A tan solo días de la fecha prevista para una posible caída del Gobierno, Macron ha dejado claro que su posición no está en peligro y que no tiene intención de dimitir.

Durante una rueda de prensa celebrada junto al canciller alemán, Friedrich Merz, Macron reafirmó su compromiso con la democracia, afirmando que la voluntad popular debe ser respetada durante todo su mandato. El presidente se mostró decidido a mantenerse en el Elíseo hasta el final de su mandato en 2027, ignorando rumores sobre su posible renuncia.

Con la vista puesta en el futuro inmediato, Macron expresó su deseo de que el Gobierno y la oposición puedan llegar a un entendimiento en los próximos días, especialmente en relación con la cuestión de confianza programada para el 8 de septiembre. Esta votación es crucial, ya que está vinculada a un plan de recortes presupuestarios que asciende a aproximadamente 44.000 millones de euros, una propuesta que ha sido cuestionada tanto por la izquierda como por la extrema derecha.

A pesar de las diferencias sobre las medidas específicas, el presidente comparte con François Bayrou la idea de que ciertos ajustes financieros son indispensables para garantizar la estabilidad económica de Francia. En este sentido, el primer ministro ha destacado recientemente el creciente problema de la deuda pública, que se ha convertido en un asunto de preocupación constante.

Si efectivamente se concretan los pronósticos y el Gobierno de Bayrou no sobrevive, Macron tendrá que enfrentar un nuevo contexto incierto en el que se verá obligado a elegir a un nuevo primer ministro o, alternativamente, disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas anticipadas.