 
                                        El líder del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, ha afirmado que las acciones llevadas a cabo por su grupo han revelado "serias brechas" de seguridad en todo el país.
Prigozhin ha asegurado que su objetivo no era derrocar al "Gobierno elegido democráticamente" del presidente ruso, Vladimir Putin. En cambio, ha indicado que los mercenarios se dieron la vuelta "para evitar un derramamiento de sangre".
El líder de Wagner ha explicado que las acciones llevadas a cabo buscaron evitar la destrucción del grupo y llevar ante la justicia a aquellos que cometieron errores en el curso de la operación militar especial. También ha señalado que si los mercenarios de Wagner hubiesen estado al frente de las primeras operaciones en suelo ucraniano tras la invasión rusa de Ucrania, los enfrentamientos hubiesen durado escasos días.
Prigozhin ha resaltado que "nuestras acciones revelaron serias brechas de seguridad en todo el país". Además, ha subrayado que bloquearon todos los aeródromos y unidades militares, recorrieron una distancia similar a la de las tropas hacia Kiev el 24 de febrero y desde ese mismo punto hacia Uzhgorod.
Horas después del inicio de la rebelión y ante el avance de las unidades del Grupo Wagner hacia Moscú, el Kremlin anunció un acuerdo con Prigozhin. Este implica que el líder del grupo se traslade a Bielorrusia, así como la retirada de cargos por traición contra él y garantías de no encausar a los miembros del grupo de mercenarios por sus acciones.
Tras el acuerdo, Prigozhin dio orden a los miembros del grupo a abandonar las posiciones tomadas durante su avance. Esto incluye su repliegue del centro de la ciudad de Rostov del Don. Todo esto busca reducir las tensiones, derivadas de su lucha contra la cúpula del Ministerio de Defensa y el Ejército ruso en el marco de la invasión de Ucrania desatada en febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin.
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