En una jornada marcada por la incertidumbre política, el primer ministro interino de Francia, Sébastian Lecornu, ha declarado hoy que se siente optimista respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo con diversas formaciones políticas para la aprobación de los presupuestos generales antes de finalizar el año. Esta impresión de colaboración podría disminuir el riesgo de una disolución anticipada de la Asamblea Nacional y, con ello, la convocatoria de elecciones anticipadas.

Lecornu ofreció estas declaraciones al inicio de su segunda jornada de reuniones, justo después de haber presentado su renuncia de manera sorpresiva el lunes, horas después de haber revelado la lista de nuevos ministros. En su agenda para hoy, se incluye una reunión con los representantes de la izquierda republicana, excluyendo a La Francia Insumisa (LFI), un grupo que ha mostrado hostilidad hacia el gobierno actual.

El antiguo titular de Defensa tiene la clara intención de establecer lo que ha denominado una "plataforma de acción" para garantizar la estabilidad en el país. Sin embargo, ha dejado claro que uno de los objetivos fundamentales es mantener el déficit público por debajo del 5% del PIB en el próximo presupuesto. Curiosamente, no ha abordado el tema de la reforma de pensiones, un asunto que ha generado tensiones significativas, sobre todo entre las fuerzas de izquierda.

Por su parte, el presidente Emmanuel Macron, quien ha optado por el silencio en medio de esta crisis política, instó a Lecornu el lunes a que intentara negociar una última vez, dándole un plazo adicional de 48 horas para lograrlo. Esta situación sigue generando expectativas en el ámbito político francés, donde la estabilidad parece estar en juego.