
MADRID, 20 de marzo.
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se impone a los ciudadanos españoles que obtienen ingresos a través de su trabajo o cualquier otra fuente de renta. Para la Campaña de la Renta correspondiente al ejercicio 2024, que se llevará a cabo en 2025, se tomarán en cuenta las ganancias obtenidas durante el año y las situaciones personales y familiares de cada contribuyente.
Este tributo se estructura en dos tarifas principales: una estatal y otra que varía según la comunidad autónoma. Esto otorga a cada región la capacidad de definir sus tipos impositivos dentro de los tramos autonómicos establecidos.
En este contexto, es importante destacar las comunidades donde la carga fiscal del IRPF es más elevada, utilizando información extraída del informe 'Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral' elaborado por el Consejo General de Economistas para el año 2025.
Respecto a la tarifa estatal, se observa que la carga impositiva del IRPF aumenta en función de la base liquidable, ya que el Gobierno ha establecido seis tramos de renta general con un sistema de tipos progresivos que oscilan entre el 9,50% y el 24,50%.
De acuerdo con la base liquidable, una vez determinado el tramo estatal –el cual es uniforme para todas las comunidades–, cada región puede fijar su propia tarifa, que no siempre coincide con la estatal. Esto dificulta las comparaciones directas, ya que en muchos casos hay discrepancias en la cantidad de tramos. Sin embargo, el tipo marginal máximo en cada comunidad permite identificar dónde se tributa más.
Las comunidades que imponen las tasas más altas de IRPF son aquellas con un tipo máximo agregado superior, lo cual indica el nivel máximo de carga tributaria que deben soportar los contribuyentes con mayores ingresos. Esta tasa se calcula sumando el tipo máximo estatal y el tipo superior fijado por cada autonomía.
Por ejemplo, en Madrid, que se posiciona como la comunidad con menor carga fiscal en este impuesto, el tipo máximo agregado asciende al 45%. Esta cifra surge de la suma del tipo máximo autonómico (20,50%) y el tipo estatal máximo (24,50%), aplicándose a los ingresos que exceden los 300.000 euros anuales.
En contraposición, la Comunidad Valenciana tiene la tasa más elevada, alcanzando un 54% para los tramos más altos de ingresos. A pesar de esto, se ha implementado una deducción del 100% para 2024 y 2025 en compensación de los daños causados por la DANA, que incluye reparaciones en viviendas afectadas.
En el ranking de regiones con mayor carga impositiva, Navarra ocupa el segundo lugar con un tipo máximo del 52%, seguido por La Rioja (51,5%), Canarias (50,50%), y Cataluña, Asturias y Aragón, todas ellas con una tasa del 50%.
Por otro lado, Castilla y León se posiciona como la segunda comunidad con menor carga fiscal tras Madrid, con un tipo máximo del 46%. Otras comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Galicia y Murcia tienen una tasa del 47% en todas ellas, destacándose entre las que menos imponen.
El tipo mínimo agregado representa la carga impositiva más baja aplicable al primer tramo de la base imponible. Esto permite analizar el impacto del IRPF en las rentas más modestas.
En este sentido, el País Vasco se sitúa como la comunidad con el tipo mínimo agregado más alto, alcanzando un 23%, seguido por Cataluña con un 20%, y Asturias con un 19,50%, indicando que en estas regiones las rentas bajas enfrentan una mayor presión fiscal.
En contraste, Navarra presenta uno de los tipos mínimos más bajos con un 13%, seguidas por La Rioja y Extremadura, ambas al 17,50%. Madrid y Cantabria tienen una tasa del 18%, posicionándose como las comunidades donde las rentas más bajas disfrutan de una menor carga impositiva del IRPF.
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